El Real Valladolid ganó (1-0) al Valencia CF con un gol de Anuar Tuhami que encumbró al ’23’. Los tres puntos pucelanos supusieron una bocanada de aire fresco para el conjunto blanquivioleta. La actualidad pucelana parece tener un rayo de esperanza y éste llega focalizado en el jugador ceutí y, sobre todo, por el futbolista marroquí. Él parece ser el faro del equipo y el clavo ardiendo desde el que se puede sostener la esperanza del Club en conseguir la salvación. Anuar está en su momento más potente y seguro en el primer equipo vallisoletano y eso hace preguntarse si esa relevancia es buena noticia y si ese rol del jugador es positivo futbolísticamente hablando.

Anuar es el jugador referente en la actualidad. ¿Es bueno que lo sea? ¿En qué situación queda el equipo? ¿Qué se puede esperar del juego?

«Si fuera por valentía, un equipo de La Legión ganaría LaLiga», ésta es una frase que escuché una vez y que recuerdo en múltiples ocasiones como, ahora, cuando el Real Valladolid está como está. En situaciones límite siempre se recurre a la testosterona y a tintes heroicos, pero el fútbol necesita más. A medio y largo plazo no sólo vale con querer. Se tiene que buscar, sí, pero, también, se debe saber buscar. Con todo, no dudo que Anuar no sepa, ni mucho menos, pero sí que creo que tiene un perfil para unos determinados contextos.

Siempre he creído que en Anuar se esconde un lateral derecho. El ceutí tiene formación de centrocampista, pero Pacheta hizo un polivalente jugador de ataque. Con Anuar te puedes ir a cualquier batalla, pero debes acompañarlo bien. Él puede liderar el trabajo de mentalización y garra, pero toda situación en LaLiga EASports demanda de un alto nivel técnico. Una de las mayores virtudes está en saber cuáles son las limitaciones propias. Anuar las sabe, pero las exigencias y expectativas sobre su rol, posiblemente no. Estas líneas no vienen a ser una crítica al jugador, ni mucho menos, pero sí a los pensamientos de que el objetivo puede pasar por él.

Su personalidad
Me resulta complicado imaginar un Real Valladolid dentro de su objetivo con Anuar siendo una pieza determinante. Ya sea en el juego o en los números. El ceutí debe ser importante, que lo será, pero no como cabeza visible. En un modelo de juego se pide compresión de las demandas, pero, ante todo, de cualidades para conseguirlas. Anuar tiene unas condiciones físicas envidiables, pero técnicamente es un jugador angustiado. Pese a ello, todos le queremos en el equipo, pero el éxito está en saber hasta dónde se le puede exigir y cómo se debe explotar sus virtudes.

El equipo, pese a no saber qué va a buscar Diego Cocca en su propuesta, necesita a Anuar. Tiene empuje, carisma y pundonor, pero, para empezar, no tiene demarcación fija. Una de las mayores dolencias de los polivalentes es que no tiene posición y, sin ella, valen para todo pero no se consagran en nada. Son importantes, sí, pero no determinantes. El ceutí nunca es titular en ninguna propuesta de inicio de temporada y, posiblemente, en un momento definitivo, tampoco. Ahora, con el gol ante el Valencia CF, y con las imágenes de sentimiento vistas, el aura sobre él crece y lo hace de forma errónea.

Con un total de 139 partidos en el primer equipo, siendo más de 40 en la élite, el perfil de Anuar es más que conocido. Ya se sabe qué puede dar y nada se puede salir de ese horizonte. Todo lo que sea confundir los objetivos y los puntos diferenciales es un error. En el fútbol, como en la vida, cada uno tiene su papel y el de Anuar es protagonista, sí, pero no capital ni trascendental. Él debe partir desde la sombra siempre. La situación lo demanda y su personalidad creo que hasta lo agradece.