En el tiempo en el que el blog ha estado desconectado del Real Valladolid, éste ha seguido con su camino. Es más, ha conseguido un éxito y un buen puñado de polémica. Ambas acciones han estado unidas durante toda la temporada 2023/2024. Pese a que se cuentan los días para iniciar una nueva competición, la realidad blanquivioleta parte del pasado reciente y éste deja un poso y un regusto contraproducente porque el sentimiento es que los de Paulo Pezzolano consiguieron el ascenso, pero sólo eso.
Analizar el éxito del ascenso del Real Valladolid me lleva a pensar en ese refrán que dice «era tan rico que sólo tenía dinero». El Pucela volvió a la élite el pasado mes de mayo, pero sólo. No es poco, pero no es suficiente. El conjunto blanquivioleta no ha dejado un legado con ese cambio de categoría. Paulo Pezzolano y Ronaldo Nazário no han cambiado su imagen para el entorno vallisoletano. Es más, la han empeorado y es por ello que la situación lleva a ver los últimos meses como la mayor expresión del resultadismo.
En los últimos años, lustros y décadas, el Real Valladolid ha convivido mucho en Segunda división y ha vivido varios ascensos. Éste, sin ir más lejos, es el quinto que yo recuerdo como aficionado activo. Pezzolano, en 2023, se ha sumado a José Luis Mendilibar, en 2007, a Miroslav Djukic, en 2012, a Sergio González, en 2018, y a Pacheta, en 2022. La diferencia del uruguayo y el resto es ese legado que ha dado con el éxito conseguido y con el trabajo realizado. Nada ha cambiado para él pese al ascenso y todo eso lleva a un importante miedo de cara al inicio de la nueva temporada. Pese a la fuerza de Pezzolano por y para seguir en el Estadio José Zorrilla, el futuro pinta complejo y polémico para él porque sólo ha conseguido un ascenso. Un simple ascenso.
A las duras…
En este tiempo, sin opinión, ni líneas ni casi voz, me he dado cuenta de la repercusión de los hechos y de lo poco que ha marcado el último ascenso. La altiva figura de Ronaldo Nazário y la nefasta gestión y comunicación de Paulo Pezzolano han debilitado el éxito deportivo del equipo blanquivioleta la pasada temporada. Conseguir un objetivo nunca es sencillo, pero el clima construido hace pensar que el ascenso fue una obligación y que, por ello, el rédito que deja es tan pobre. Casi nulo. Es tan escasa esa repercusión que nada de lo conseguido podrá sostener al entrenador en la primera mala dinámica de resultados. Ni el ascenso podrá mantener con vida al uruguayo en los peores momentos de la inminente y próxima temporada.