El Real Valladolid se nutre, actualmente, de individualidades. Un equipo hecho y evolucionado tiene una base grupal que detalla y potencia con gestos y detalles individuales. Lo buscado por cualquier entrenador es eso: un vestuario seguro que gana partidos. Aquéllos que no consigue ganar el grupo los superan los gestos individuales de determinados jugadores. El Real Valladolid no está en ese punto, ni mucho menos. Pese a obtener tres victorias consecutivas, la implantación de un modelo de juego y la seguridad de que éste es el fundamento de la victorias y del crecimiento está muy lejano.
El Real Valladolid, como ocurrió en la victoria (0-1) ante el Real Oviedo, vive actualmente de detalles individuales. Por ello, los momentos de sufrimiento son tan elevados y fuertes. Los de Paulo Pezzolano viven de arreones en los partidos. No son un equipo estable y seguro. El Pucela es un conjunto con enormes picos en su rendimiento. Al equipo le falta mucho para estar conjuntado como debe y como quiere. Hasta ese momento, el vestuario confirma su potencial, aquél que nunca ha desaparecido. Marcos André, por ejemplo, lleva dos encuentros muy discretos, pero en los dos ha confirmado que es diferencial.
En Oviedo lo mostró para anotar en el tiempo de añadido y ante el Burgos CF para abrir el partido. Una ocasión, y un gol. Su bagaje en el inicio del encuentro confirma que, pese a no estar bien, es diferencial. Para el juego del equipo y en la categoría. El brasileño suma mucho con pequeños detalles. Su aportación está siendo tan concreta como diferencial, termino que, por fin, está encontrando Robert Kenedy. El extremo se está aproximando a una versión cercana a la que se puede esperar de él. El equipo lo agradece y él marca ciertas diferencias en ataque.
Gestos diferenciales
En un partido equilibrado, un jugador diferente marca el juego y Monchu Rodríguez lo es. El balear lleva siendo el líder del Real Valladolid desde hace meses pero, tras el descenso, ha asumido unos galones que le están llevado a ser uno de los mejores jugadores de LaLiga HyperMotion. Ya no es sólo por el gol olímpico anotado, es, también, la dirección de juego que tiene, el liderazgo que defiende, el carisma que transmite… Todo lo hace bien y, además, en momentos claves y determinantes.
La determinación de jugadores conocidos fue vital para la victoria ante el Burgos CF, para el buen momento del equipo a nivel de resultados y para la esperanza que se ha creado con esta racha. Monchu, Kenedy, Marcos André o Sergio Escudero están aproximándose a su mejor versión y, con ellos, otros se acercan, también, a los niveles esperados y a las expectativas creadas. Enzo Boyomo, David Torres y Stanko Juric son tres de los grandes nombres propios de las dos últimas victorias. Camerunés, canterano y croata se encuentran bien y seguros y, con ellos, el Real Valladolid crece en seguridad.
Actualmente, en ataque o en defensa, el Real Valladolid se suministra de rendimientos individuales. Son los jugadores los que hacen que el equipo esté consiguiendo resultados y se esté aproximando a los niveles globales que se puede esperar de un vestuario con potencial. Los pucelanos tienen una plantilla descompensada, pero con calidad que ha sido diferencial para conseguir tres victorias, crear brotes verdes y, por qué no, un punto de inflexión esperado.