Este domingo, tras la victoria (2-1) del Villarreal CF ante la Unión Deportiva Almería, José Rojo, Pacheta, mencionó a Luis María Bonini, ayudante de Marcelo Bielsa durante más de 20 años. «Bonini, que en paz descanse, decía siempre que los equipos se construyen desde las victorias», aseguró el de Salas de los Infantes. La teoría está muy extendida actualmente en el fútbol, pero creo, honestamente, que no es válida para la situación del Real Valladolid. Creo que la situación del conjunto amarillo nada tiene que ver con la del conjunto blanquivioleta. Pacheta debe hacer creer a sus jugadores, pero Paulo Pezzolano debe crear con sus futbolistas.
Creo que el exblanquivioleta tiene mayor margen para convencer a los suyos porque estos aún no le han visto en acción. La capacidad por conocer al burgalés existe en el vestuario castellonense. En el del Real Valladolid, con Pezzolano, menos. El uruguayo no debe hacer creer a sus jugadores sino que les debe crear una idea que, por el momento, no existe. Pacheta hablaba de crear y forjar desde las victorias, pero Pezzolano debe hacerlo desde la identidad que cree y forjé en el equipo. Ésta es una obligatoriedad que está muy lejos actualmente y lo está en gran medida por la incapacidad del cuerpo técnico de formar con todos sus jugadores.
Con una cuestionable elección del Club en la planificación, Pezzolano tiene que centrarse no en ganar partidos y sí en crear una idea que gane partidos. En plural. El orden de los productos no debe variar pese al mal inicio del equipo. Creer en las victorias y en el resultado que estas pueden dar sólo por inercia generaría un problema enorme en el equipo y en su creación de identidad. El Real Valladolid se tiene que definir y conseguir que un estilo propio convenza a los jugadores, le saque su mejor versión, les acerque a su techo deportivo y sume a todos los activos posibles para la causa global. Con ello, el Pucela no crecerá desde sólo las victorias porque estas no serán un alimento y sí un reflejo de un estilo.
Ni forma ni fondo
El Real Valladolid está tan débil que ve en las victorias puntos de inflexión pero, sobre todo, oasis de paz y de justificación. Ese es un enfoque erróneo para la creación de la identidad que este equipo no tiene y que tanto necesita, no para conseguir una victoria y creer en ella sino para ganar desde la seguridad de una personalidad y un saber estar que, por el momento, no tiene y no parece que vaya a conseguir a medio plazo.
Pezzolano debe crear herramientas y no victorias. Así lo dice un proverbio chino muy utilizado para querer mirar a medio y largo plazo, tal y como necesita este Pucela. «Dale un pescado a un hombre y lo alimentarás para una día. Enseña a un hombre a pescar, y lo alimentarás para toda la vida». Éste es un proverbio muy utilizado y que se puede marcar para el actual Real Valladolid. Los pucelanos no necesitan «pescados» y sí saber cómo conseguirlos. Esa es la principal carencia del equipo actualmente y es por ella por la que no se debe crear desde las victorias y sí desde cómo conseguirlas.
Desde las formas se crea y se cree y es este segundo término el que más demanda el equipo y el entorno. El Pucela necesita una identidad. Con ella forjada, el mundo blanquivioleta se identificará con el equipo, con sus jugadores y, muy posiblemente, con su entrenador. Por el momento, nada de esa creencia llega porque victorias con la conseguida (1-0) ante el Fútbol Club Cartagena no son suficiente. Ni en la forma y en el fondo. Al Real Valladolid, como a cualquiera, se le debe pedir más.