La sanción a Paulo Pezzolano es totalmente desproporcionada. En tiempo y forma. Privar a un entrenador de cuatro partidos tras unas declaraciones que no fueron polémicas y hacerlo cuando han transcurrido más de tres meses son un «agravio comparativo» complicado y peligroso, tal y como recogía la web del Real Valladolid en su comunicado tras conocerse el castigo al uruguayo. La situación es dantesca pero, con el tiempo, positiva. Creo, firmemente, que la sanción va a ser ventajosa para el mundo blanquivioleta.
Considero, tal y como comenté este lunes en la TwitPucela, que lo vivido con el uruguayo será positivo para el Real Valladolid por lo necesitado que la entidad y la afición está de tener puntos de unión. Tras el descenso, las declaraciones desafortunadas de Ronaldo Nazário, el poco movimiento de mercado, la descompensada plantilla existente en el mes de agosto… Los ingredientes de la actualidad del Real Valladolid separan a Club y entorno. Todo los puntos de la actualidad enemistan un punto y otro. En nada están de acuerdo, salvo en la injusticia que se vive sobre la figura del entrenador uruguayo.
El punto de unión actual entre el entorno y el Club es lo ocurrido con la sanción. Inesperado, pero éste puede ser el reinicio de una relación debilitada en los últimos meses. El distanciamiento que la entidad ha querido tener y que ha buscado por diferentes aspectos parecen quedar a un lado por el sentimiento de injusticia y maltrato que se vive actualmente. Así, y pese a ser una situación incómoda, el futuro a medio pazo confirmará que lo vivido con Pezzolano fue positivo para el inicio de la temporada.
Punto de unión
Después de lo vivido y de las expectativas creadas para las primeras semanas de competición, la figura del entrenador está reforzada. Por los tres puntos sumados en la victoria (2-0) ante el Real Sporting de Gijón, por el peso del propio Pezzolano en ellos y por la actuación del Club en la defensa de lo que considera «libertad de expresión», afición y Club están unidos. No mucho, es cierto, pero sí algo más. La sensación de injusticia y menosprecio por la sanción obliga a defenderse de una injusticia que todos tiene clara. Para esa defensa le mejor receta es la unión y el Real Valladolid tiene, al menos, un punto de unión para recuperarla. En esta ‘batalla’ y de cara a a temporada.