Pese a que la temporada pasada, en el tiempo en el que Paulo Pezzolano estuvo al mando del Real Valladolid, mi contenido sobre el equipo era muy reducido mostré mi opinión sobre el uruguayo. No me gustaba su perfil y éste es un estilo que no me casa con las necesidades y exigencias de un equipo como el blanquivioleta en una competición como LaLiga Hypermotion. En los 11 partidos en los que estuvo al frente de los vallisoletanos la pasada campaña vi un entrenador con muchos argumentos dialécticos pero muy pocos en contexto futbolístico. El empate (0-0) ante el Getafe CF fue la demostración de las que, para mí, son carencias de propuesta y lectura.
Ese recuerdo prevalece sobre mí pero, pese a ello, el duelo inaugural ante el Sporting de Gijón me deja la sensación de un Real Valladolid con ideas y argumentos. Por lo visto en los primeros 90 minutos y con las exigentes necesidades de cautela, la versión blanquivioleta en el duelo ante los asturianos es la de un equipo con una idea clara y con detalles tan interesantes como bien trabajados. Con una estructura bien armada para la presión y con variantes para ofrecer superioridad numérica en la salida de balón, Pezzolano me ha dejado un regusto muy dulce tras su primer partido ‘real’ como entrenador pucelano.
En su décimosegundo duelo como blanquivioleta, Pezzolano pudo demostrar qué quiere y cómo lo va a buscar. Con un vestuario muy limitado en efectivos y, por consiguiente, en variantes, el Real Valladolid no fue previsible tácticamente. Esto no quiere decir que los pucelanos hayan sido perfectos ni que haya mostrado un estilo engrasado. Ni mucho menos. Con las posibilidades actuales, el Pucela pudo llevar el partido a su terreno. Paramí, más que suficiente. Con metros para atacar y superioridades numéricas en el centro del campo, Iván Sánchez movía muy cómodo y Monchu Rodríguez tenía mucha llegada.
Inteligente
El plan de partido del Real Valladolid para la primera jornada de competición ha sido inteligente. Paulo Pezzolano no se complicó en la preparación del duelo y buscó crear un clima en el que el ‘8’ y el ’10’ estuvieran cómodos. Éste es un movimiento astuto que le salió bien por el resultado pero, sobre todo, por el rendimiento los jugadores mencionados. En un clima marcado por el posicionamieto y despliegue silencioso de César de la Hoz, el Real Valladolid vivía muy cómodo por delante del cántabro. Desde él, los pucelanos eran superiores por el inteligente planteamiento del uruguayo.
No se trata de un movimiento brillante, pero sí de una idea muy lógica y muy madura. En la situación en la que está el Real Valladolid, Pezzolano se podía haber desgastado en otros frentes, pero él fue simple y sencillo para buscar ser eficaz, tal y como ha conseguido en un debut que le deja en una gran posición. Para mí, un estatus inesperado, aunque sea sólo por un partido.