Desde que tengo uso de razón con el Real Valladolid y analizo y opino, a mi manera y gusto, sobre la actualidad que se genera desde el Estadio José Zorrilla, éste ha dejado situaciones complejas y momentos delicados. Ascensos agónicos, en lo deportivo y en lo económico, incertidumbre social, deportiva y, obviamente, económica… He sentido que el mundo blanquivioleta ha estado muchas veces triste, derrotado, alicaído… pero nunca había sentido a un entorno tan decepcionado como actualmente. El Real Valladolid está en un momento muy complicado y el entorno blanquivioleta, aunque desde el Club no se quiera ver, entender o, como poco, asumir, está tremendamente decepcionado y dolido.
El aficionado blanquivioleta se siente traicionado por Ronaldo Nazário y, por consiguiente, por sus trabajadores más elevados. Estos generaron unas expectativas, crearon unos horizontes que no han, ni tan siquiera, rozado y aseguraron unas formas que se ha diluido en el tiempo. En muchos momentos pienso que el problema radical no está en lo que ha conseguido o no en el terreno de juego sino en las formas que se han justificado, enfocado y analizado esos resultados deportivos. Desde el Club se vende una seguridad que no existe y se analiza la realidad desde una soberbia imperdonable.
La utilización que el Real Valladolid ha hecho de la inercia adquirida en las últimas temporadas es ilógica e impropia de alguien que tiene a una afición como la blanquivioleta. Nunca me ha gustado definir cómo es o cómo veo yo a la afición del Estadio José Zorrilla pero, para ello, quiero partir de dos declaraciones. Una de Alberto Marcos y otra de Sergio González. El entrenador catalán, en su presentación como entrenador blanquivioleta, destacó lo frío que veía en muchas ocasiones el feudo pucelano.
Preguntado sobre cómo vio y sintió jugar en la que iba a ser su casa, el catalán hizo una crítica que, muy posiblemente, nunca hubiera aceptado el histórico capitán blanquivioleta. El extrabajador pucelano siempre analizó lo complicado que es ser aficionado en una ciudad como Valladolid. En la comparativa con la afición de Cádiz, el mítico ‘3’ aseguró que nunca podría reprochar nada a la afición blanquivioleta, y eso que él nunca vivió un apoyo tan incondicional como el actual.
Importante interés
Ese bulo que traspasa fronteras y que asegura que a los jóvenes no les interesa el fútbol no es real. Desde que yo sigo al Real Valladolid, éste es el momento en el que veo mayor seguimiento. Las cifras de abonados son un importante reflejo, quizás el más grande, pero no el único. Pese a ese apoyo, Ronaldo se permitió el lujo de criticar a un sector de la afición y, seguidamente, menospreciar al entorno.
La sensación de ninguneo del brasileño al mundo blanquivioleta ha sido total desde varios años. Sin Carlos Suárez en el organigrama de la entidad, Ronaldo se perdió. No por la ausencia del leonés, ni mucho menos, sino por ser analizado por sus actuaciones, respuestas y hechos y no por la comparativa con el expresidente. Desde que el brasileño y su equipo de trabajo son analizados, valorados y examinados por sus aciertos y errores, los segundos prevalecen más y las críticas son mayores.
Estas han crecido por la negativa del Club a saber recibirlas, gestionarlas, digerirlas y mejorarlas. Pese a la caída libre del proyecto del brasileño, el entorno blanquivioleta sigue fiel pero, sobre todo, maduro. Tristemente, desde el Club no lo valoran. Posiblemente no lo necesitan porque saben que lo van a tener siempre. Consigan lo que consigan. Hagan lo que hagan. Escondan lo que escondan.
