Gonzalo Plata es historia del Real Valladolid. Lo es de una forma triste y no sólo por su pobre rendimiento en la temporada 2022/2023 ni, tampoco, lo es solamente por el incumplimiento de las expectativas generadas tras su fichaje del pasado verano. La marcha del ecuatoriano es un golpe duro para su imagen y señala como un fracaso importante su estancia en el Estadio José Zorrilla. Pese al rendimiento en su primer año como blanquivioleta y a la ilusión alojada en su fichaje definitivo, la salida del jugador, en formas y destino, señala un descalabro innegable.
La etapa blanquivioleta del extremo ecuatoriano es mala. Lo es porque ha cumplido en muy pocas de las exigencias básicas que debía tener y porque en los últimos 12 meses, posiblemente, no ha cumplido con ninguna de sus expectativas. Hablar de Gonzalo Plata siempre significa señalar al jugador que incumplió de forma categórica el régimen interno del Club y los principios de profesionalidad de un futbolista. Pese a ello, el Club miró por su calidad y potencial, parámetros que no ha sabido cumplir en su segunda temporada.
El análisis al rendimiento de un jugador siempre llega por dos cuestiones: calidad atesorada y supuesta, y el desembolso realizado por él. En ambos, Gonzalo Plata ha fracasado. La inversión en plantilla que el Real Valladolid pudo hacer hace justo un año estuvo muy condicionada por la apuesta en jugadores que habían estado cedidos en el Club meses antes. Monchu Rodríguez y Gonzalo Plata, principalmente, fueron jugadores sobre los que recayó una parte importante del desembolso de la vuelta a la élite.
Cuestión de expectativas
Se creía en ambos y se hizo un esfuerzo importante, sobre todo por el ecuatoriano. Pese a actos de indisciplina, oficiales y extraoficiales, el Real Valladolid apostó por él. Invirtió en él basándose en la calidad y, obviamente, sumó una importante dosis de exigencia en él. La exigencia futbolística, social y de análisis ha devorado a un jugador que cierra su etapa en el Real Valladolid mal en todos los sentidos. En el deportivo, en el social, en el incumplimiento de las expectativas, en el aspecto económico, en la forma de devaluarse… Nada de lo que ha envuelto a Gonzalo Plata en la temporada 2022/2023 ha sido positivo, como, posiblemente, y hablando en frío, poco positivo dejó la 2021/2022.
En la ahora llamada LaLiga Hipermotion, un jugador como el ecuatoriano debe tener mejores estadísticas de las que él firmó. ¡Mucho mejores! Seis goles y cinco asistencias son números discretos para un jugador de su calidad y potencial. El ascenso nubló la vista o, quizás, esa visión sobre el jugador era simplemente errónea y las expectativas no es que hayan sido ahora exageradas o incumplidas, sino, más bien, irreales. Así se entendería muchos contextos de un jugador que con 22 años no ha explotado en Europa y que se diluye hasta un equipo como Al Sadd.