La linterna de Velasco

La linterna de Ángel Velasco, desde el 20 de febrero de 2007 informando y opinando sobre el Real Valladolid

Linternazos

Desgranando el pachetismo: un Real Valladolid de autor

«No estaba muerto, estaba de parranda», dice la canción. Ni muerto ni de parranda. Ocupado en otras situaciones, pero todo eso ha terminado este martes y no por la eliminación de España ante Marruecos en el Mundial de Qatar, ni mucho menos. Por fin he conseguido adaptarme a mis nuevas situaciones y vuelvo a poder escribir en el blog. Por fin puedo volver a disfrutar de escribir de fútbol y del Real Valladolid. Quiero seguir haciéndolo y quiero demostrar que quiero seguir haciéndolo y, por ello, con esta sensación de confinamiento de competición que existe con el equipo de José, Rojo, Pacheta, quiero analizar al equipo del burgalés.

Durante el parón obligado de la temporada 2019/2020 analicé al equipo de Sergio González y, ahora, quiero hacerlo sobre el actual Pucela. Definir al actual Real Valladolid, para mí, es sencillo y tiene un importante símil con la selección española. Mucho se ha criticado, ya no por lo resultados, a Luis Enrique Martínez en las últimas semanas. Ser seleccionador tiene unos detalles que nunca se acercarán a un equipo pero ambos, España y Pucela, tienen de punto de partida la figura de su entrenador. Ambos se definen desde la personalidad de los preparadores. 

Luis Enrique, nada más ser eliminado y sin tiempo para digerir ni asimilar un golpe como es caer en penaltis, ha asegurado que él había sido el que había elegido los lanzadores del partidos. Es más, asumió el riesgo de retirar del campo a un jugador al que había dado entrada durante el partido para apostar por un futbolista que lanzó y falló el primer penalti. ¡Tomó decisiones! Lejos de quitarse presión o responsabilidad, asumió el resultado de su intervención en el duelo. Para algo hizo una selección de jugadores jóvenes. Apostó por ellos para liderarlos. En las buenas y en las malas. Han tocado las malas, como ha ocurrido en varias ocasiones en el Estadio José Zorrilla en las dos últimas temporadas y como ocurrirá en el final de la presente temporada.

«Proceso» de convencimiento
En esos momentos se pone a prueba el poso del entrenador y el Real Valladolid, actualmente, tiene un preparador con carisma, liderazgo y personalidad. En las buenas y en las malas. En el fútbol actual suena mal asegurar que un equipo está liderado por un entrenador, pero no debe ser así. Pese a que España haya sido eliminada en octavos de final del Mundial, el carisma de su entrenador existe y el peso de éste en el vestuario es innegable. Aunque la Sociedad Deportiva Éibar no hubiera perdido en la última jornada liguera de la pasada campaña, Pacheta hubiera tenido el mismo carisma y lo hubiera transmitido igual. De forma interna hubiera calado de la misma forma.

Desde ese liderazgo y esa personalidad se entiende el actual Real Valladolid. El Club acertó de pleno en su fichaje. Era lo que necesita la entidad para recuperar a los jugadores, la fortaleza grupal, la identidad de juego, la consistencia y, con todo, la categoría. Volver a LaLiga Santander era un camino largo y pedregoso que se forjó con la seguridad que siempre tuvo Pacheta en su idea, en su vestuario, en su modelo y en su «proceso». Ese manido término generó una evolución en el Real Valladolid que hace que el equipo sea, actualmente, reconocible. En el juego, en la gestión, en la idea, en el carisma, en el lideragzo… y todo por un entrenador insistente y convincente. El premio a la autoría es importante. Tan importante como merecido.

𝟭𝟵𝟴𝟴. 𝘗𝘦𝘳𝘪𝘰𝘥𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘥𝘦𝘱𝘰𝘳𝘵𝘪𝘷𝘰 𝘺 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦𝘯𝘢𝘥𝘰𝘳 𝘜𝘌𝘍𝘈 𝘗𝘙𝘖. Creo que en el fútbol todo tiene el término apropiado y un porqué obligatorio. Por ello, desde 2007 llevo entrenando equipos y escribiendo sobre cómo entiendo este deporte