¿Cuánto se analizó la rueda de prensa de presentación de José Rojo, Pacheta, con el Real Valladolid? Sobre todo, en los momentos complicados. Aquel día, hace más de 15 meses, el burgalés elevó las expectativas sobre las exigencias a las que iba a llevar al Club. Después de temporadas de mediocridad desde el banquillo pucelano, el Estadio José Zorrilla tenía un líder ambicioso y un preparador que, con el tiempo, se confirmó que cumplía con sus ‘promesas’. De eso hace más de un año. De lo prometido para el duelo ante la Unión Deportiva Almería, menos. Los tiempos son diferentes, las ambiciones, no.
La comparecencia previa a la cuarta jornada de LaLiga Santander 2022/2023 fue una muestra de carisma y confianza del entrenador. Éste, lejos de amilanarse por el último resultado o por las dudas generadas tras no ganar en las tres primeras jornadas, aseguró confiar en su equipo, en su propuesta y en su vestuario. Dicho y hecho porque el Real Valladolid consiguió una victoria de mérito y renombre por la confianza en lo trabajado y asegurado. Ganar un partido en el tiempo añadido significa suerte o creencia, y este Pucela no es un equipo al que le sonría mucho la fortuna.
Lo más importante de la visita de la UD Almería al Estadio José Zorrilla no es el gol de Shon Weissman o la victoria blanquivioleta, que ya lo son. Lo relevante es la tendencia del juego y del partido. Gracias a ambas, el Real Valladolid consiguió la victoria. Ganar con fortuna es hacerlo tras disparar una vez a portería o en una de las dos ocasiones en las que el equipo supera el centro del campo. Los de Pacheta no tuvieron suerte porque hicieron por conseguir la victoria. Lo dieron todo y lo buscaron todo. Por ello, lo de menos es la victoria y el estreno goleador del ‘9’.
Promesas… cumplidas
Pese a llegar al encuentro tras un duro encuentro y una significativa derrota (4-0) en el Camp Nou, el Real Valladolid expuso y se expuso. Ofreció todo lo que Pacheta ha prometido y arriesgó todo lo que el burgalés ha asegurado que su equipo va a arriesgar. El Pucela fue, paso por paso, todo lo que su entrenador anunció y prometió en la previa. Para conseguir los primeros tres puntos y para dejar atrás la última derrota, el Pucela debía ser ambicioso y protagonista. Pacheta lo tenía claro. Así lo narró y, por lo visto en el terreno de juego, así convenció al equipo.
Sin ser un partido excelso ni un duelo perfecto, lo visto ante los de Joan Francesc Ferrer, Rubi, habla de un Real Valladolid seguro, convincente y evolutivo. Los pucelanos son, ahora, un equipo reconfortado por los tres puntos pero, antes de ellos, eran un grupo convencido por su entrenador. Los futbolistas no han dudado de la idea porque su entrenador la ha sabido inculcar y porque no deja de buscar nada de todo aquéllo que ha prometido.
