Siempre se dice que «el fútbol es de los futbolistas». Éste es un argumento muy utilizado en este deporte, pero tiene muchos matices. Los jugadores son los protagonistas, sí, pero desde el orden y la dirección de un entrenador y, ante todo, de un cuerpo técnico. Sin estar bien dirigidos es imposible poder conseguir un éxito. Sin un liderazgo importante desde la figura principal del vestuario, nada es posible y el Real Valladolid sabe a qué me refiero. La mala dirección técnica de la temporada 2020/2021 costó muy cara al Club. El Pucela no descendió por jugadores y, ahora, no sólo ha ascendido por ellos.
Cuando un rendimiento cambia tanto en menos de 12 meses, la realidad señala al líder, que en esta ocasión es el entrenador. Así, el ascenso del Real Valladolid en la temporada 2021/2022 tiene como principal protagonista a José Rojo, Pacheta. Es cierto que Shon Weissman ha hecho 20 goles, que Luis Pérez ha dado un plus diferencial al equipo, que Roque Mesa ha liderado el juego o que Jawad El Yamiq ha sido capital. Uno, otro y otro son jugadores que la temporada pasada ya estuvieron en Valladolid. Muchos rendimientos, por no decir todos, han cambiado y lo han hecho porque desde el cuerpo técnico se ha invitado a ello. Se ha potenciado su estilo.
De los fichajes realizados esta temporada, sólo Gonzalo Plata ha sido protagonista capital y diferencial. El resto, sin contar a un Álvaro Aguado con el que no se quiso contar la pasada campaña, son jugadores que vivieron el descenso y que, ahora, se quitan el lastre de la temporada pasada con un ascenso. Psicológicamente, el cambio es importante y lo es por la mentalización que Pacheta ha trabajado desde el primer día.
Promesa complida
A la llegada del entrenador burgalés, el vestuario pucelano no era un solar, pero casi. Había activos de relevancia y nivel que estaban menospreciados y poco valorados. Ante ello, el burgalés trabajó para recuperar jugadores. Ese ha sido un trabajo largo y costoso pero, a su vez, provechoso y gratificante. Ver el nivel de juego y progresión al que ha llegado este equipo en momentos concretos de la temporada señala directamente a Pacheta.
Creyendo en él desde el primer momento, este ascenso se convierte en algo especial. Siempre he creído en este vestuario, en este equipo y en muchos de estos jugadores. Sólo faltaba un detalle capital: el entrenador. Este Real Valladolid, peculiar como todos, demandaba un entrenador que supiera dirigir al equipo. Ese entrenador era José Rojo, Pacheta, y por ello, tras el ascenso, las primeras líneas son para él. Nada hubiera sido posible sin él. Él, con más peso que nadie, ha trabajado y ha diseñado esta temporada, aquélla que devuelve el Real Valladolid a LaLiga Santander por la puerta grande, tal y como prometió desde el primer día.