«El tramo final de la temporada es aquel en el que Oviedo es la excepción del «proceso» del equipo de Pacheta», aseguré este lunes en el análisis de la derrota (3-0) del Real Valladolid en el Estadio Carlos Tartiere. Lo aseguré y lo mantengo porque creo firmemente que el equipo blanquivioleta vivió un mal día en Asturias. La decepción pucelana llega por el resultado firmado. Encajar una goleada como la que sufrió es un mazazo para un conjunto que llegaba con unos datos y sensaciones envidiables. Son éstas, las ideas y no los marcadores, los que me hacen confiar en el momento del equipo y, a su vez, en su respuesta a corto plazo.
El encuentro de este sábado ante la Unión Deportiva Las Palmas es un duelo capital para calibrar la respuesta pucelana y, ante todo, para descartar preocupación sobre un equipo que fue superado, sí, pero que estuvo condicionado. Detrás de cada partido hay un análisis futbolístico y en Oviedo el Real Valladolid no estuvo bien, pero no lo estuvo porque no supo actuar ni responder con 10. ¿El Real Valladolid estuvo bien en su partido desde el minuto 14? No. ¿El Pucela pudo ofrecer más? Sí. ¿Debe haber preocupación en el seno blanquivioleta por el partido en Oviedo? No. ¿Puede ser el resultado obtenido un punto de inflexión negativo? Obviamente, no.
Analizar el encuentro del Real Valladolid en Oviedo obliga a dos puntos. Por un lado está la exigencia de ver y saber que el equipo tuvo que ofrecer más y que Pacheta debió ofrecer una mejor intervención y, por otro punto y totalmente opuesto, entender que el duelo estaba condicionado y que no cambia la tendencia del equipo en los últimos tres meses. ¿Debe variar la percepción sobre el Pucela una derrota como ésta? ¿Se debe imponer un partido así sobre una dinámica de 11 jornadas sin perder?
Nula preocupación
Las dos preguntas dejan una respuesta negativa y la tienen porque una excepción nunca cambia el camino. El fútbol, en esta ocasión, no es como la vida. Cuesta mucho conseguir una buena inercia de juego, tanto como una buena imagen. En la vida esa buena imagen se puede perder por un detalle. Una tendencia futbolística no se pierde por un partido y menos si ese partido se disputa bajo los condicionantes en los que estuvo el Real Valladolid en Oviedo. Con esos contextos y, ante todo, con la figura de Pacheta, la preocupación blanquivioleta por el Tartiere debe ser nula.
«Todos los equipos sufrirán resultados como éste, pero no todos con partidos tan contextualizados como el del Real Valladolid en Oviedo»
Si en tramos como el actual todas las temporadas se habla de que el que más nervioso se ponga no «sale en la foto», este año, más. Sabiendo que el objetivo se conseguirá por detalles y por la fuerza, credibilidad y seguridad en los duelos directos, la lectura sosegada, creíble, ambiciosa y realista de resultados y partidos como el de Oviedo harán fuerte al Real Valladolid. Todos van a conseguir resultados así, si no lo han hecho antes, pero no todos los sufrirán en un partido tan contextualizado como el del Tartiere.