Iván Sánchez llegó al Real Valladolid el pasado 31 de enero. Su fichaje por la entidad blanquivioleta se cerró en el último día de la ventana de invierno. La llegada del jienense fue una oportunidad de mercado que el club blanquivioleta aprovechó por el conocimiento que José Rojo, Pacheta, tenía de él. Sin el burgalés, el actual ’21’ nunca se hubiera comprometido por el Estadio José Zorrilla. La oportunidad de mercado llegó por la relación entre jugador y entrenador y por el condicionante físico del propio futbolista.
El ex del Elche CF o Albacete Balompié, entre otros, había sufrido una compleja operación de pubis hace unos pocos meses y el suyo era un rendimiento que estaba en el aire. Saber qué iba a poder sumar el atacante era una incógnita que, poco a poco, se está resolviendo. Tras sumar su primera convocatoria con la visita de la Sociedad Deportiva Amorebieta a Zorrilla, la contundente victoria (1-4) en Tenerife ofreció los primeros minutos del jugador.
Si bien su aportación fue testimonial, el tiempo en el que llega es capital. Los 16 minutos sumados en el Heliodoro Rodríguez López no ofrecieron un poso futbolístico de nivel pero sí que han creado una inercia y posibilidad que el Real Valladolid debe explotar. Pacheta sabe qué jugador tiene entre manos pero, también, en qué condiciones está. La aportación del futbolista esta temporada está totalmente condicionada pero, con todo, puede ser determinante dentro de su papel y exigencia. Iván no está para ser capital a nivel global, pero sí para ser diferencial en fracciones concretas y en momentos muy puntuales.
Acorde a las necesidades
El papel que debe asumir el jienense no será determinante, pero puede ser capital. Sus aportaciones está temporada van a ser concretas pero él, desde su experiencia y calidad, debe dar un poso nuevo al equipo. La suya no va a ser una temporada de largo recorrido y sí de chispazos. En su claridad, y no tanto en su estado físico, estará que estos detalles sean importantes y determinantes, como se espera de él. El poso que le debe dar él al equipo se entiende desde la determinación. El juego que posee de pase final y finalización rápida es la aportación que debe sumar en las próximas semanas.
En momentos puntuales en los que el Pucela pueda estar atascado y sin ideas, Iván Sánchez debe ser ese jugador que sume un punto tan diferencial como novedoso. Ahora, por momento del equipo, el Real Valladolid demanda del ’21’ una aportación concreta y que no es exigente. El Estadio José Zorrilla sabe cómo está y que por mucho que mejore siempre habrá una diferencia con sus rivales por el puesto. Ese desnivel será un obstáculo para ver al mejor Iván Sánchez pero no al más diferencial en este Pucela, ese equipo que está en ‘su’ momento y que en él adquiere a un jugador de calidad y diferencial en el momento preciso para su versión más acorde a las necesidades blanquivioleta.