La linterna de Velasco

La linterna de Ángel Velasco, desde el 20 de febrero de 2007 informando y opinando sobre el Real Valladolid

Los partidos, en frío

El Real Valladolid sigue acumulando ‘sus’ argumentos

En las últimas temporadas hay una sensación sobre el fútbol que es que ‘sabe’ más el que es más crítico. A mayor exigencia y críticas, mayor conocimiento de la situación. Sólo así entiendo o puedo llegar a entender que existan peros al Real Valladolid de José Rojo, Pacheta. Las ganas por demostrar una visión más amplia y segura del fútbol hace que no se analice en su totalidad el buen momento de un equipo que acumula 11 jornadas sin perder y que ha sumado 15 goles a favor en los últimos cuatro partidos. Los blanquivioleta están bien, muy bien. Tienen la seguridad de estar en un buen momento y de vivir una situación que es idílica para sus intereses.

Tras 30 jornadas, el equipo no está en la zona de ascenso directo y éste es el único punto que se puede reprochar al equipo. ¡El único! Sin estar entre los dos primeros, la evolución, la mejoría, los números… Nada tiene sentido pero, de igual forma, todo ello marca la tendencia principal de un equipo que está en el camino de luchar por el objetivo que quiera. Actualmente, el Real Valladolid puede luchar por el objetivo que quiera. Puede porque el Pucela es un equipo hecho, maduro y solvente que confirma la evolución que ha vivido en las últimas semanas y meses.

Poco a poco, el Real Valladolid ha crecido y lo ha hecho ganando en argumentos sobre el terreno de juego. El partido firmado en el césped del Heliodoro Rodríguez López es un encuentro maduro y de evolución. Tras saber sufrir en los primeros 20 minutos, el rostro de ganador que está consiguiendo este equipo le llevó a marcar en su primer gran acercamiento. Sacando provecho a acciones de balón parado, el Pucela amortiguó la superioridad local para llevar el encuentro a sus objetivos.

30 minutos perfectos
Superando la fase crítica del duelo, aquélla en la que el rival mejor se ha movido durante la temporada, el Real Valladolid creció y lo hizo tras encontrar espacios y cierta libertad para sus jugadores. Las combinaciones rápidas y verticales que definen a este equipo comenzaron a aparecer en el Heliodoro Rodríguez López y el mundo canario comenzó a dudar de sus posibilidades. Con ventaja en el marcador y solvencia en la evolución del juego, el Pucela aprovechó toda la inercia que tiene actualmente para conseguir sentenciar el partido. La última media hora de juego blanquivioleta es excelsa y multiplica los puntos favorables que deja la actual situación.

El Real Valladolid es un equipo que crece mucho durante los encuentros. De la misma forma que existe un «proceso» a la temporada, se ha detectado uno «proceso» en los partidos que hace que el equipo sea dominador del partido. Desde hace ya un tiempo, los encuentros terminan en los registros que busca el equipo de Pacheta. En los últimos 20 o 30 minutos, la verticalidad y los espacios son protagonistas y, ahí, el Real Valladolid es «muy bueno», tal y como aseguraba su entrenador.

Desde la seguridad de estar en los contextos que más y mejor le definen, el Pucela consigue cerrar los partidos como quiere. Además de por goles, la sensación de superioridad del equipo, tanto en ideas como física, hace que la inercia blanquivioleta sea el mejor argumento para un equipo que deja datos inmejorables en los últimos meses. Entre victorias, goles, tendencia y mejoras, este Real Valladolid es el que todos queríamos y, por ello, no se puede jugar a saber más de fútbol con este Pucela ya que no deja ningún resquicio de ser más exigente con él.

𝟭𝟵𝟴𝟴. 𝘗𝘦𝘳𝘪𝘰𝘥𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘥𝘦𝘱𝘰𝘳𝘵𝘪𝘷𝘰 𝘺 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦𝘯𝘢𝘥𝘰𝘳 𝘜𝘌𝘍𝘈 𝘗𝘙𝘖. Creo que en el fútbol todo tiene el término apropiado y un porqué obligatorio. Por ello, desde 2007 llevo entrenando equipos y escribiendo sobre cómo entiendo este deporte