Yo era como Álvaro Aguado, aquél que aseguró hace unos días que escuchaba a José Rojo, Pacheta, antes de que llegara al Real Valladolid. Me gusta el fútbol y todas las herramientas que éste ofrece y las declaraciones de los entrenadores son una parte determinante para entender el fútbol actual. Desde ellas se aprende y con ellas se puede crear una identidad y un poso que, actualmente, tiene el Real Valladolid. El equipo que dirige el entrenador burgalés está en un buen momento. A nivel de números, el Pucela está bien, pero no es sólo una cuestión de resultados. El famoso «proceso» se está consiguiendo porque los blanquivioleta están cumpliendo con las afirmaciones y expectativas que su entrenador creó en verano.
Desde el primer día, Pacheta puso un nivel de exigencia alto. Aseguraba que se iba a poder exigir mucho al equipo porque éste estaría el nivel que demandaría la situación. Iba a ser un caminar y un proceso costoso pero Pacheta sabía que sus objetivos se iban a cumplir y que el Real Valladolid conseguiría «metas inimaginables». Éste fue un término que el burgalés utilizó en su rueda de prensa de presentación y que en las últimas semanas ha recuperado. En su puesta de largo en Zorrilla aseguró que si «corres por el compañero» llegas a «metas importantes», algo que parece que está consiguiendo el equipo en las últimas semanas.
Tras la victoria (5-1) ante la Sociedad Deportiva Amorebieta, Pacheta se mostró contento por el duelo pero, ante todo, por detalles que no son tangibles pero que tienen una importancia crucial. Para él, el equipo deja detalles de gestión y convivencia que son determinantes. Ahora, el equipo corre por el compañero y, por qué no pensarlo, por el entrenador. El Real Valladolid está compactado. Sabe sufrir y sabe hacer sufrir. El crecimiento del equipo, como grupo y en el aspecto futbolístico, es innegable en las últimas semanas y meses. El vestuario blanquivioleta no ha dejado de crecer y suma detalles que hacen ver que el camino es el correcto.
«Las dificultades nos harán muy fuertes. Ese es el objetivo. Generar que el jugador de mi lado corra por mis hijos. Cuando se consigue eso se consiguen metas inimaginables», José Rojo, Pacheta, en su presentación en Zorrilla
El enfoque que se puede hacer de cada situación es personal y, por lo tanto, subjetivo, pero siempre debe ser honesto y, bajo es punto, no se puede negar la realidad de un equipo que deja una sensación muy alta de fortaleza en las últimas semanas y jornadas. El Real Valladolid está en un buen momento y lo está por la fuerza que tiene el equipo en el convencimiento de la idea y de los roles. Rozando ya las 30 jornadas, los pucelanos se mueven con una gestión de papeles y roles importante. Cada jugador sabe cuál es su función en la actualidad y lo sabe de la misma forma que entiende que su situación va a cambiar poco.
El momento crucial
El que tiene etiqueta de suplente, la tendrá hasta el final de temporada, y el que es titular, sabe que lo será hasta la jornada 42. En un importante porcentaje, los papeles ya están repartidos. Pacheta ya ha elegido a sus protagonistas principales y a sus secundarios. Todos van a tener un peso en la temporada, pero una relevancia diferente. Por ello, el Pucela se mueve ahora desde aquella frase que su entrenador aseguró en la rueda de prensa de presentación.
«Cuando corres por el compañero se consiguen metas inimaginables», aseguró Pacheta el 17 de junio. Ahora, ocho meses después, dichas palabras comienzan a ver luz y a tener sentido porque sus jugadores están convencidos de que deben correr por el compañero, por el entrenador, por el vestuario… ¡Por todos! Suena a demagogia pero es la realidad de un equipo de fútbol que, actualmente, no está dentro de su objetivo pero que deja grandes sensaciones de poder conseguirlo en el momento crucial y definitivo de la temporada.