Cristo González ha sumado, por sorpresa, tres titularidades consecutivas en las últimas jornadas. Adelantando a Sergio León, el ’23’ ha sido el gran nombre propio de las últimas alineaciones del Real Valladolid. Después de ser capital en la victoria (1-0) ante el Burgos CF, Cristo sumó una aportación muy cuestionable en Zaragoza. La mala elección en momentos puntuales de partido le dejó más en duda que nunca, pero Pacheta respondió como entendió que necesita un jugador como él. El perfil del jugador es muy concreto y necesita de una gestión determinada.
Creyendo que ningún jugador debe ser tratado de la misma forma en el mundo del fútbol, Cristo tiene un perfil concreto y, por lo tanto, necesita una gestión determinada, tal y como ha mostrado Pacheta en las últimas semanas. El tinerfeño es un delantero talentoso. No se puede negar su calidad ni su determinación para actuar lejos de la tensión o exigencia y todo ello debe tener un trato, aquél que muy posiblemente le haya dado el cuerpo técnico en las últimas semanas. Hay perfiles y perfiles y el de Cristo no es el de un jugador que pueda estar toda la temporada en un rol secundario y saliendo desde el banquillo. El ’23’ necesita protagonismo. Vive de él.
Analizando el factor humano a la par que el futbolístico, Pacheta detectó que tras el gol el Burgos CF y la participación en Zaragoza, Cristo demandaba minutos y confianza. Pedía otro papel. De ahí las tres titularidades y la apuesta por una segunda punta con Shon Weissman que no ha dejado un gran poso de goles y rendimiento pero sí de inercia y variantes. Tener claro qué puede sumar Cristo es algo que ha quedado claro tras los tres últimos duelos. Esa vertiente interior y vertical es innegable en las posibilidades del equipo y, ahora, debe confirmarlo en el rol que deba sumar.
Más que dos empates
El empate (2-2) ante el Girona FC le dejó en una mala situación de cara a puerta. Pese a esas tres titularidades, el canario no ha tenido acierto, todo lo contrario que Sergio León. El andaluz sí ha tenido éxito goleador, como se pudo ver en ese último duelo. Pese a ello, las tres titularidades de Cristo han cumplido casi al 100% con los objetivos con los que Pacheta afrontó esta apuesta por él. Esta etapa a nivel de números globales ha ofrecido una victoria y dos empates pero, a su vez, ha valido para saber qué ofrece él realmente, en qué se diferencia con otras variantes del juego y, por supuesto, ha potenciado la mejor versión del jugador.
Un perfil como el del ex del Real Madrid Castilla o Club Deportivo Mirandés, entro otros, necesita de etapas como ésta. Le muestra el apoyo del cuerpo técnico y del Club, le invita a sumar rodaje y posibilidades y le exige en el día a día. Sin entenderlo como una rotación más, Pacheta sabía que Cristo necesitaba minutos y protagonismo y se lo dio cuando la naturalidad le hubiera llevado a una suplencia aún mayor. Esa gestión ha hecho que el Pucela gane a un jugador y Pacheta a un adepto. Dos éxitos que, sin duda, superan los empates en Fuenlabrada y ante el Girona FC.