La linterna de Velasco

La linterna de Ángel Velasco, desde el 20 de febrero de 2007 informando y opinando sobre el Real Valladolid

Linternazos

¡Qué razón tenía Sergio González en aquel play-off!

Sergio González vivió de rentas en el Real Valladolid. Eso no es nuevo. El año pasado, cuando más roto, caído y debilitado estaba su equipo, el catalán seguía tirando de argumentos del pasado en los que llevaba razón. Uno de los que más quemó la pasada campaña fue el del play-off de ascenso de 2018. En el partido de ida de las semifinales de aquella promoción, el Pucela ganó (3-1) al Real Sporting de Gijón. Lo hizo tras una primera parte impresionante en la que hicieron tres goles en apenas 10 minutos. El equipo firmó un partido excelso pero, también, un encuentro que se analizaba más por el tanto del Sporting que por el juego pucelano.

El gol de Jony Rodríguez en la segunda parte cambió muchos de los análisis y se miraba más al resultado que a las sensaciones. Era el play -offf y era la parte definitiva. En ese momento parece que sólo importa el resultado y nada cómo se consiguen los marcadores, pero nada más lejos de la realidad. Aquel Real Valladolid había dominado al rival y ese era el argumento que quería sostener Sergio para justificar que la eliminatoria estaba donde su equipo quería. A nivel de fútbol, el Pucela no ofrecía dudas. A nivel de resultado, sí, alguna.

El Sporting de Gijón podría remontar la eliminatoria. Ganar por una diferencia de dos goles era posible pero, quizás, no a aquel Real Valladolid. En ese momento, el Pucela era un equipo seguro y convincente hasta en las derrotas. Perdió y empató partidos, sí, pero lo hacía por detalles que no favorecían en encuentros que él llevaba a sus contextos. Pasados casi cuatro años desde aquello, este fin de semana, en la resaca del empate (2-2) ante el Girona FC, me acordé mucho de aquellas declaraciones y de la realidad del actual Pucela.

El Real Valladolid de Pacheta ha caído en la tabla en las dos últimas jornadas. Dos empates consecutivos han hecho que el equipo pasé de dormir líder a ser cuarto. A nivel clasificatorio, el Pucela ha perdido. A nivel de juego, credenciales y confianza, los vallisoletanos han ganado mucho. ¿De verdad se puede dudar de un equipo que firma un partido como el del sábado? En cuestión de juego, creación de ocasiones y personalidad, el equipo blanquivioleta fue dominador del partido.

Inercia para 15 jornadas
Creyendo que ser merecedor de la victoria no va en relación a ser mejor que el rival sino en conseguir llevar el partido a  los contextos que mejor definen a uno mismo, el Real Valladolid mereció todo en el duelo ante el Girona FC. Lo hizo de la misma forma que el Pucela de Sergio en aquel play-off. Nadie podía negar la seguridad que dejaba aquel Pucela. Ese grupo confiaba en el entrenador y en su idea y lo demostraba sobre el terreno de juego. Lo hacía de la misma forma que al actual. El estilo era diferente, sí, pero el fondo, igual. Ese y el actual equipo llevaban con cierta facilidad el duelo a sus registros. Sabiendo dónde se mueven bien, ambos era merecedores de los éxitos por cómo respondían a lo que se encontraban en el terreno de juego.

Nadie dudaba de aquel Real Valladolid de Sergio González y nadie puede dudar del Pucela de Pacheta. El entrenador burgalés ha conseguido crear un equipo que cree en lo que hace y en cómo lo busca. Sus atributos son muy altos y, por ello, la confianza sobre el juego, el crecimiento y las opciones pucelanas deben ir más allá de dos empates.

Las formas siguen importando por encima de un resultado porque son ellas las que deben sustentar al equipo para el último tercio de la temporada. Partidos como el firmado ante el Girona FC son el mejor punto de partida para las últimas 15 jornadas. ¿Cuántos partidos no ganará el equipo de esos 15 jugando como ante el Girona FC? Los mismos que no ganó el Pucela de Sergio tras aquella victoria ante el Sporting de Gijón que sólo dejó dudas en el marcador. ¡Sólo!

𝟭𝟵𝟴𝟴. 𝘗𝘦𝘳𝘪𝘰𝘥𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘥𝘦𝘱𝘰𝘳𝘵𝘪𝘷𝘰 𝘺 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦𝘯𝘢𝘥𝘰𝘳 𝘜𝘌𝘍𝘈 𝘗𝘙𝘖. Creo que en el fútbol todo tiene el término apropiado y un porqué obligatorio. Por ello, desde 2007 llevo entrenando equipos y escribiendo sobre cómo entiendo este deporte