El Elche CF y el Real Valladolid hicieron en la noche de este lunes oficial la llegada de Lucas Olaza al Estadio Martínez Valero. El lateral uruguayo abandona el Estadio José Zorrilla para regresar a LaLiga Santander en una operación que libera mucho en el mundo blanquivioleta. Inicialmente, la principal liberación es económica. La salida del uruguayo libera una importante masa salarial en el vestuario pucelano. Por ese montante, su currículum y la expectación que se tenía con él, la marcha del jugador ha generado tanta crítica en el entorno vallisoletano.
Acceder a Twitter minutos después de la que la noticia tuviera carácter oficial era leer el término «decepción» en todos y cada uno de los comentarios sobre el jugador. La esperanza de su llegada se ha visto traducida en decepción y alivio sólo un año después de su fichaje. Con un rendimiento discreto en sus primeros meses en Zorrilla, ninguna de las críticas del jugador llegan por lo vivido en LaLiga Santander y sí por lo que se entiende por desidia y falta de compromiso desde el descenso del equipo pero, ante todo, desde que perdió la titularidad en el pasado mes de octubre.
Aún recuerdo unas declaraciones de José Rojo, Pacheta, en el mes de octubre en las que el burgalés diferenciaba entre el buen estado de forma de Nacho y la calidad de Olaza. «Lucas es muy bueno y Nacho, ahora, está muy bien», aseguró. Lejos de ser un elogio para el uruguayo, como pareció ser en su momento, lo era para el madrileño. Las buenas palabras para el ’22’ señalaban al ex del RC Celta de Vigo, tal y como ha demostrado el tiempo. Pacheta ha sido constante en el elogio a todos sus jugadores. A Fede San Emeterio, por ejemplo, siempre lo elogió y cuidó. No puso problema a su salida, pero lo hizo porque sabía que no podía ofrecerle lo que él quería.
Silenciado en Pacheta
El caso de Olaza es diferente. Pese a darle la titularidad en las primeras siete jornadas y hacer una apuesta fuerte por él, Pacheta dejó de creer en el uruguayo y no insistió públicamente en su recuperación. Desconociendo aspectos internos y del día a día, el entrenador no creyó en que recuperar al lateral era posible ni, tampoco, relevante. El rendimiento de Nacho Martínez exigió una lectura al uruguayo que éste no supo hacer y tras la que Pacheta, muy posiblemente, perdió la esperanza de recuperarle.
Por ello, y con aportaciones breves y esporádicas y sin entrar en rotaciones como sí hacían otros puestos, la situación se enquistó hasta que el jugador ha salido del Estadio José Zorrilla. En el último día de mercado se cerró la salida pero la decepción de Pacheta llegó mucho antes. Sin un partido completo desde octubre, sin una titularidad liguera desde el bochorno (4-1) en Bilbao y sin minutos en LaLiga Santander desde hace más de dos meses, la realidad de Lucas Olaza ha sido decepcionante para todos pero, ante todo, para Pacheta. Sí él no apostó por recuperarle a nivel publico con lo que el burgalés protege a sus jugadores, malo. ¡Muy malo!