Este sábado, tras la victoria (1-0) del Real Valladolid sobre el Real Sporting de Gijón aseguré que no hay nada más divertido y entretenido en el mundo del fútbol que ver a un jugador como Toni Villa. El ’19’ es un activo que encara, que tiene descaro y que nunca se esconde en campo rival. El estilo de juego de José Rojo, Pacheta, potencia a estos jugadores y, por ello, el murciano suma las dos últimas actuaciones que acumula. Un perfil como el suyo es tan atractivo como necesario y, ahora, con el fichaje de Iván Sánchez, el Real Valladolid potencia este perfil de jugador.
Con el jienense en el Estadio José Zorrilla, Pacheta ve multiplicadas sus opciones ofensivas. Iván es un jugador polivalente y con cualidades para buscar al rival tanto por el juego exterior como el interior. Tiene un gran dominio del balón y sabe actuar desde diferentes registros y demarcaciones. Es un activo de nivel, obviamente, que lleva a Valladolid condicionado por los minutos acumulados esta temporada pero, sobre todo, por la lesión que ha hecho que tenga tan poco volumen de juego y oportunidades.
Iván Sánchez está marcado por esa lesión y por lo condicionado que ésta le haya dejado pero, con todo y con ello, la principal duda no está en su estado físico y sí en la necesidad que el Real Valladolid tiene en un jugador como él. Por demarcación, el Pucela no necesita a Iván porque la suya es una posición completada. Sin esperar movimientos de última hora que puedan dar otro enfoque a este movimiento, de la misma forma que ocurre con el de Josema Sánchez, Iván Sánchez llega con pocas posibilidades de ganarse que el Real Valladolid haga efectiva la opción de compra que posee sobre él. Si el Pucela tiene la posibilidad de elegir qué hacer con el jugador en julio, las opciones de ejecutarla con este escenario parecen complicadas.
Un frente muy perfilado
Siendo un futoblista de 29 años, que tiene más bagaje en Segunda división B que en LaLiga SmartBank, su fichaje es arriesgado. Lo es porque llega con poco bagaje acumulado esta temporada. Sin estar en su mejor momento, considero que va a ser difícil que pueda quitar minutos a jugadores engrasados en el equipo y en un ritmo de competición alto. Iván suma 158 minutos, cuando Gonzalo Plata roza los 1.000, Toni Villa lo 1.300 y Óscar Plano lo 1.600. La batalla a la que se enfrenta es compleja y lo es por la diferencia de estados en los que van a competir. La diferencia es exagerada y la competencia, muy alta.
Entendiendo que un jugador como Iván Sánchez es diferencial cuando tiene capacidad para superar rivales, encarar defensas cerradas, combinar con facilidad y atacar espacios, su estado está lejos de poder hacerlo. Hay tiempo, es cierto, pero, posteriormente, está la cuestión de saber si el Real Valladolid necesita un perfil como el suyo. Con tres delanteros en la plantilla, tres extremos en rutina de la temporada, un perfil necesario recién llegado y el posible regreso de un Pablo Hervías diferente al resto, Iván Sánchez parece ser un complemento y en ese papel es en el que el jugador no destaca.
Demando minutos, titularidades y confianza constante para poder ser el jugador que fue capital para Pacheta, Iván Sanchez necesita unos contextos y unos condicionantes que este Real Valladolid ahora no parece que le pueda ofrecer. En otro momento, sí. El modelo de juego de Pacheta es un lujo para jugadores menudos que dominen el juego interior y que sepan actuar en el exterior. Ese rol que tan bien está utilizando Toni Villa en las últimas dos jornadas es el que define a Iván Sánchez, un jugador que, por ahora, veo como un capricho y no como una necesidad para un ataque que puede tener todo, a la espera, incluso, de un Pablo Hervías radicalmente opuesto al tercer fichaje invernal.