El Real Valladolid ha perdido a Fede San Emeterio y está cerca de confirmar la salida de Rubén Alcaraz. Sin el cántabro ni el catalán, las opciones pucelanas para el centro del campo se reducen considerablemente. Se mantienen, en cambio, las cinco variantes para el centro de la defensa. Por una cuestión de número, el mundo blanquivioleta analiza las posibilidades vallisoletanas. Así, con carencia en el centro del campo y posibilidades en la defensa la pregunta es clara: ¿Joaquín Fernández debe jugar en el centro del campo?
Viendo que Fede San Emeterio era sentenciado por el perfil de jugador que quiere José Rojo, Pacheta, para el doble pivote y las dificultades que estaba teniendo Rubén Alcaraz para asentarse en la demarcación, las dudas de saber si el almeriense cumple el perfil son constantes. Personalmente, entiendo que Joaquín es central y que debe jugar sólo como defensa en este Real Valladolid. Asentándose en una demarcación, el más beneficiado es el propio Club. El ’24’ necesita poso, minutos y rodaje en una misma posición. El jugador debe asentarse como central para confirmar ese potencial que siempre se le ha supuesto pero por el que nunca se ha apostado de forma ciega.
Por diferentes circunstancias, en muchas ocasiones lesiones, Joaquín Fernández nunca ha sido visto como un jugador indiscutible para el Real Valladolid. Desde 2018 ha sido catalogado como un activo secundario y es por ello, principalmente, por lo que debe vivir en una demarcación y, personalmente, entiendo que ésta debe ser la defensa central. Más allá de una opinión, el proceder del mercado invernal puede dejar al jugador como una variante real para el centro del campo y será en ese punto cuando aparezca la duda de saber si el almeriense cumple el perfil que demanda Pacheta para la zona.
Un perfil físico
Analizando lo más básico, es obvio que el ’24’ no tiene nada que ver con Roque Mesa o Álvaro Aguado. El suyo es un estilo totalmente diferente. ¿Y con Rubén Alcaraz? Ahí puede estar la gran pregunta. Siendo el catalán la gran variante del juego para la propuesta de Pacheta, el almeriense tiene un estilo que podría ser visto como alternativo a la idea del actual Pucela. Sería aprovechable pero, como otros perfiles, terminaría chirriando.
Pese a ser central, el perfil de Joaquín no es el de un centrocampista posicional. Ese no es el problema. Su atributos físicos y su dominio para las transiciones le hacen abarcar muchos metros. Pudiendo llegar a ser un jugador de llegada y de recorrido por las opciones que ofrece de llegar y volver, los rasgos técnicos son aquéllos en los que más debilitado está el futbolista para ser un centrocampista del perfil de Pacheta. Sin lectura para el último pase y sin determinación para el último cuarto, Joaquín es un jugador para aparecer de forma espontánea y concreta en el área rival, pero no para vivir en ella.
Sin Fede San Emeterio ni Rubén Alcaraz, el Real Valladolid puede estar obligado a reforzar el centro del campo en el mercado invernal
Pacheta quiere que su doble pivote genere constantes superioridades numéricas en el último cuarto de campo y Joaquín no es ese perfil de jugador. Puede cumplir las exigencias pero sólo de forma puntual y concreta ya que él es central y los rasgos de un defensa distan mucho de los centrocampista que quiere Pacheta.
Así, sin Fede San Emeterio, con Rubén Alcaraz preparado para salir y con Kike Pérez y Anuar Tuhami muy lejos de la rutina de la posición, la opción de Joaquín no debe ser vista como la del nuevo centrocampista del Real Valladolid. El club banquivioleta, con dos bajas en la zona, está obligado a mirar al mercado y reforzarse con un perfil acorde a las demandas del modelo de juego. Joaquín no las cumple porque él no era ni un centrocampista válido al 100% para la idea de Sergio.