¿Qué tiene que ver la llegada de un posible central al Real Valladolid en este mercado de invierno y la reciente salida de Fede San Emeterio al Cádiz CF? Realmente y superficialmente, nada. Analizando en profundidad, quizás, sí. Entiendo que es imposible que José Rojo, Pacheta, quiera gestionar una plantilla con seis centrales cuando utiliza dos. Más allá de lesiones o positivos por coronavirus, la realidad hace imposible pensar en una gestión tan complicada para el entrenador blanquivioleta. Por ello, y dando veracidad a las informaciones sobre la llegada de Josema Sánchez al Estadio José Zorrilla, el Real Valladolid se debe preparar para diferentes situaciones.
Pese a que el mercado se esté moviendo con cierta tranquilidad, desde las oficinas pucelanas se deben analizar todas las situaciones que ofrece el vestuario. Si bien no es una situación como en verano, la evolución de la temporada sí lleva a tener que analizar jugadores concretos y momentos muy determinados. Ocurrió así con Fede San Emeterio. El centrocampista cántabro no tenía los minutos esperados. No los disfrutaba porque no posee el juego que propone Pacheta. Lo que ofrece el nuevo jugador del Cádiz CF y lo que busca el actual cuerpo técnico son estilos totalmente opuestos.
Este Real Valladolid sufría con el estilo de Fede San Emeterio y el centrocampista no casaba con la propuesta de Pacheta. Era una unión compleja y que no hacía pensar en un buen futuro para ambos. Con sólo dos titularidades y apenas 352 minutos ligueros de 1.980 posibles, su salida ha sido lo mejor. Para todos. Siguiendo el análisis que se hizo de él, Kiko Olivas no está tan lejos. Es cierto que el de Antequera ha sumado muchos más minutos pero, tan verdad como ello, no es mentira que Kiko Olivas no está en los registros que él esperaba ni, tampoco, en los que se presuponía que estaría.
Del fútbol al protagonismo
El juego del equipo y el rendimiento del jugador en la eliminación copera (0-3) ante el Real Betis dejó muy señalado al ‘4’. Kiko Olivas tiene un estilo muy concreto de juego y en la propuesta de Pacheta sufre como lo hacía Fede San Emeterio. Pese a que su experiencia y perfil sí pueden ayudar en diferentes contextos y en planes alternativos al juego, como en el estilo de la victoria (1-0) ante el Burgos CF, el jugador y el Club pueden entender que lo vivido y ejecutado con Fede San Emeterio es similar a lo que ocurre, ahora, con una de las referencias del equipo.
Con contrato hasta este próximo verano pero, ante todo, con un estilo de juego muy diferente al que propone José Rojo, Pacheta, la situación de unos de los jugadores más significativos e identificativos de la etapa anterior del Club está en duda. En cuestión de fútbol, su estilo es muy diferente al de Joaquín Fernández, Jawad El Yamiq o Javi Sánchez. Lejos de analizarlo por la lesión que sufrió en julio de 2020, el problema del ‘4’ está en su velocidad, su estilo para defender un campo abierto y situaciones de presión alta y esa mayor dificultad que tiene, sobre sus compañeros, para defender las transiciones.
Con un estilo concreto y un rendimiento y protagonismo reducido en las últimas semanas, la situación de Kiko Olivas no se debe entender desde lo que dio, desde su lesión de rodilla o desde los más de 1.000 minutos ligueros que suma. La realidad del jugador, ahora, es la sensación de ser el cuarto central y la realidad de no disfrutar de una titularidad liguera desde el 6 de noviembre. Capital en las primeras once jornadas, su realidad ha cambiado y su papel nada tiene que ver con el que se esperaba en verano o del que disfrutó en los primeros meses de competición. Ante ello, el Real Valladolid y él mismo deben valorar su situación y tomar como ejemplo el reciente movimiento de Fede San Emeterio.