Este lunes, en Radio Marca Valladolid, he asegurado que de la victoria (1-0) del Real Valladolid ante el Burgos CF lo menos positivo son los tres puntos. Tal y como aseguró José Rojo, Pacheta tras el partido, lo más importante es crecer, seguir en la línea marcada y hacer bueno el proceso. Siguiendo esas declaraciones, la gran sensación que me deja el partido es el legado que ofrecen los tres puntos. La decimotercera victoria de la temporada genera números pero, más que ellos, lo que sustenta la creencia sobre el equipo son las impresiones que el juego y la evolución de éste muestran.
Nadie que no sea mínimamente honesto puede negar la evolución del Real Valladolid. El equipo de Pacheta ha ganado mucho en los últimas semanas. Son 12 puntos consecutivos y, a su vez, siete victorias seguidas en el Estadio José Zorrilla. Los números son muy buenos y la zona de play-off ya no es un objetivo ni una presión. Las ambiciones pucelanas han crecido y el equipo, sin mirar la clasificación en exceso, se ve capacitado para ir a más, para crecer y para ser cada jornada más solvente, seguro y hecho.
Los pucelanos pueden ir a más porque el equipo ha ganado gente. Hay nuevos ‘fichajes’. La victoria en el derbi regional hace que el mundo blanquivioleta vea con expectación el crecimiento de Joaquín Fernández, el regreso de Rubén Alcaraz, el gol de Cristo González, el debut de Jon Morcillo y la explosión de Iván Fresneda. Con esos ‘nuevos’ jugadores, el Real Valladolid va a más y puede y debe ir a más porque genera convencimiento desde el juego. Con ellos y con la confianza que poseen los pucelanos sobre el terreno de juego, el equipo crece y evoluciona. Lo hace sobre sustentos futbolísticos.
Un «proceso» para ganar
Haciendo creer a los jugadores, Pacheta está firmando la evolución que tanto se le exigía a su llegada a Valladolid. Él era el gran señalado para dar la vuelta al equipo y con una evolución lenta pero constante, el Real Valladolid está con «dinámica ganadora». El burgalés mencionó tal sensación en la rueda de prensa posterior y es éste, sin duda, el mayor beneficio que deja el equipo en las últimas semanas. En unos registros o en otros, el Real Valladolid sabe ganar. Un vestuario que sólo obtuvo cinco victorias la temporada pasada no hace ahora fiestas en días en los que consigue tres puntos.
Ganar comienza a ser habitual porque el mencionado «proceso» existe y, obviamente, da para ganar partidos y hacerlo desde diferentes registros. Dando veracidad al proceso y a la evolución, el Real Valladolid crece semana a semana y jornada a jornada. Lo hace recuperando jugadores, generando convencimiento en la plantilla, aumentando la ilusión y creando una enorme unión con la afición. Ante el Burgos CF, sumándole la motivación ambiental de un derbi regional nunca vivido en Zorrilla, el duelo dejó un ‘legado’ que va mucho más allá que los tres puntos obtenidos. La situación es tan buena que el resultadismo no vale ni con una victoria. Hay mucho más detrás de un resultado.