La victoria (1-0) del Real Valladolid ante el Club Deportivo Leganés fue perfecta en el juego, pero no en la ejecución ni en las consecuencias que tiene. Los pucelanos, dicho en palabras de los dos entrenadores, mereció un marcador más amplio. Los de José Rojo, Pacheta, firmaron varias ocasiones claras de gol pero no tuvieron acierto. Ahí debe comenzar la exigencia pucelana para afrontar el futuro y crecer desde la duodécima victoria de la temporada. El primer encuentro de año 2022 puede ser el punto de inflexión definitivo de la temporada y de nuevos objetivos. Todo ello en el duelo que dejó una nueva lesión de Jawad El Yamiq.
El defensa marroquí fue sustituido en el minuto 57 del encuentro por unas molestias musculares. Esta ausencia generará problemas en el bando vallisoletano pero, ante todo, crea dudas y miedos en el jugador africano. Las imágenes de El Yamiq retirándose del terreno de juego son elocuentes de que el suyo no es un problema físico o una carencia de entrenamiento ni, incluso, una herencia del pasado. Caer lesionado como lo está haciendo es una muestra de debilidad y de poca fortaleza del jugador.
El Yamiq está en un momento muy débil de confianza y cualquier molestia le obliga a pedir la sustitución. El Yamiq ha perdido la seguridad para jugar con molestias y ha reducido su umbral del dolor. La confianza se le ha reducido de forma categórica esta temporada y él, con los gestos tras su molestia, lo demostró. El Yamiq está conociendo una nueva versión de su cuerpo y todo se debe a la falta de confianza que posee ahora. Su juego, físico y de contundencia, ha sabido rendir con situaciones como las actuales.
Sin confianza ni seguridad
Ahora, el estrés competitivo y la exigencia asumida en la preparación física para estar disponible para la citación de la Copa de África están llevando al central más importante del equipo en las últimas dos temporadas a estar lejos de su mejor nivel y sus mejores situaciones. El Yamiq demostró la pasada campaña que es uno con irregularidad de minutos y otro, bien distinto, cuando posee confianza desde las titularidades. Con dificultad para ser constante en las propuesta de Pacheta, el ex del Real Zaragoza o del Genoa FC tiene un problema de confianza y seguridad más que de físico.
Las lesiones, puntuales y sin ser graves, le han debilitado y le han hecho dudar de muchos de sus rasgos y características. Creyendo que en otro fútbol, con menos ventanas y sustituciones posibles, El Yamiq hubiera terminado alguno de los cuatro partidos en los que ha sido sustituido, el problema que debe trabajar el jugador no es físico. Su problema no está en las molestias o lesiones sino en por qué ha perdido la confianza para jugar convivir con ellas. El central marroquí del Real Valladolid no entiende qué le ocurre y por ello su trabajo y mejora no es una cuestión física. Él necesita respuestas y no tiempos de recuperación.