Lo confesé y lo mantengo. No me gustó cómo preparó José Rojo, Pacheta, la primera ronda de la Copa del Rey. La visita del Real Valladolid a Marchamalo estuvo, bajo mi punto de vista, mal gestionada. Rotar tanto como hizo el equipo daba la sensación de regalar minutos. El equipo no gestionó el partido. Miró quién llevaba menos peso, carga y protagonismo en los últimos encuentros y los seleccionó. Más tarde los intentó ordenar. Fue un intento porque, visto lo visto en el césped alcarreño, la prueba no fue productiva. No lo fue para el equipo ni para ninguno de sus jugadores.
Nadie salió beneficiado del primer encuentro copero de la temporada, hecho muy diferente del que ha ocurrido con la clasificación ante la Unión Deportiva Las Palmas. A nivel de nombres, ninguno de los activos utilizados en Marchamalo ganó peso en ese encuentro. No fue sólo por el resultado sino por cómo lo gestionó el cuerpo técnico. Era difícil que alguien pudiera salir beneficiado de aquello. Semanas después pero sólo una ronda más, el Real Valladolid vivió todo de manera diferente porque Pacheta lo gestionó de otra forma.
Si bien es cierto que varios de los jugadores seleccionados en el once titular estaban incluidos casi por obligación, la posición de algunos era llamativa. Ver a Diogo Queirós como lateral derecho o a Raúl Carnero como central zurdo ponía en dudas el planteamiento de un Pacheta que generaba cierta confianza al tener a Roque Mesa y Sergio León en el once titular. Tener activos de renombre en la temporada sobre el terreno de juego genera importancia sobre la Copa del Rey y el burgalés lo consiguió por la presencia de ambos y, ante todo, por la gestión que hizo del encuentro.
Contextos y protagonistas
Dar entrada a Shon Weissman, Toni Villa y Rubén Alcaraz en el minuto 60 fue un gesto de ambición copera que el equipo demandaba y que este vestuario necesitaba. Este movimiento no se valora por la victoria final sino porque es este movimiento el que genera la victoria final. El Real Valladolid dio un paso de cara a la última media hora y fue por ello por lo que el encuentro tomó los tintes con los que se le va a recordar. En un partido de miércoles, Roque Mesa, Shon Weissman, Toni Villa y Sergio León, jugadores con peso en la actualidad, disputaron más de un tercio del partido y hacen del nuevo enfoque copero del equipo un acierto. Desde ellos se creó la victoria y se ayudó a otros activos pucelanos.
Si Pacheta quiere recuperar a Cristo González le debe ofrecer los registros que éste demanda. Si Lucas Olaza debe ser un jugador importante, el uruguayo debe jugar en su posición. Si Kike Pérez y Anuar Tuhami deben tener un peso destacado y no residual, deben sumar minutos de calidad. Si Kiko Olivas tiene que recuperar su tono físico y su confianza plena, debe disfrutar de minutos de liderazgo. Como bien narró Pacheta tras el partido, el encuentro deja el regusto de estar bien gestionado. La victoria amplía esa sensación cuando en realidad es una consecuencia de que el cuerpo técnico haya dado a la Copa del Rey un enfoque importante, ese que tanto necesita este equipo y este Club.