Nadie en el Real Valladolid quiere dar más trascendencia de lo que ya tiene lo vivido por Gonzalo Plata. Obviamente, lo sucedido tiene un carácter grave pero nadie quiere que el atacante ecuatoriano tenga más protagonismo de lo que ya tuvo durante la semana pasada. El ’12’ lastró al Pucela en su victoria (2-1) ante el Real Oviedo. Le condicionó mucho durante la semana y le dejó debilitado durante el partido. Pese a que José Rojo, Pacheta, se ganase al grupo con la decisión de no contar con el ecuatoriano para el partido, la pérdida del jugador es un enorme lastre para el Pucela. Lo es por una cuestión futbolística.
Sin el, obviamente, el equipo se debilita y lo hace en recursos en los que está muy condicionado esta temporada. La planificacicón pucelana era una pero la competición le ha llevado a otra y, ahí, el equipo está necesitado de jugadores que dominen el juego exterior. Sin Pablo Hervías y sin Hugo Vallejo, el Real Valladolid no anda sobrado de posibilidades para la velocidad, la transición y el juego exterior. En esa demanda, Gonzalo Plata era un jugador capital pero su ausencia condiciona mucho a un equipo que se puede convertir en previsible en acciones ofensivas.
Sin él, el Real Valladolid puede llegar a ser un conjunto vulgar en variantes y alternativas y no sólo por su calidad sino por lo diferente que es sobre el terreno de juego. Actualmente, el Pucela se limita al individualismo de Toni Villa. Es cierto que el ’19’ ha ganado en personalidad pero carece de esa regularidad en el juego que tanto demanda el equipo. El murciano necesita ser más regular para tener el peso que Gonzalo Plata se había ganado sobre el terreno de juego. Sin Plata, y sólo con Toni Villa como un jugador de posibilidades individualistas, el equipo está condicionado sin más de un jugador con capacidad para desbordar, encarar y superar una línea de presión rival con balón.
Importantes cambios
La carencia que generó la programación pucelana con el lastre de Pablo Hervías se amplió muy pronto con la lesión de Hugo Vallejo. La grave lesión de rodilla del granadino hizo saltar por los aires la propuesta ofensiva del Real Valladolid y debilitó, a su vez, a jugadores que debían ser importantes como Anuar Tuhami y Kike Pérez. Anclados en funciones de extremos por la falta de variantes del equipo, uno y otro se ven señalados y perjudicados por la evolución de la temporada y el cambio de la planificación blanquivioleta.
El Real Valladolid lleva semanas actuando lejos de lo que se diseñó y dibujó en verano. La propuesta era una y la realidad está siendo otra. Ahora, con lo sucedido con Gonzalo Plata, el Pucela vive una nueva fase de adaptación. Sin el ecuatoriano o con él lejos de su mejor nivel y de su concentración máxima, el conjunto de José Rojo, Pacheta, conoce cuál está siendo el verdadero lastre de todo lo vivido. Lejos de la pérdida de imagen del jugador y del condicionante que supuso antes y durante el duelo ante el Real Oviedo, el lastre por lo vivido con Gonzalo Plata está en la limitación futbolística que genera en el juego exterior del equipo. Siendo el gran perjudicado durante todo la temporada, los últimos actos debilitan aún más una de las grandes carencias de juego de este Real Valladolid.