José Rojo, Pacheta, entrenador del Real Valladolid, ha sido y es insistente en qué quiere ver de su Real Valladolid y en cómo quiere que éste responda a diferentes registros del juego. Así, los pucelanos han tenido momentos de lucidez pero, a la vez, fases de dudas e incertidumbre. Con potencial e ideas claras, los blanquivioleta no han conseguido ser consistentes y han mostrado y han vivido de la irregularidad. En esta ocasión, y en la jornada 18 de LaLiga SmartBank, los pucelanos hicieron el duelo más completo de la temporada.
Dentro de todo lo que quiere el cuerpo técnico, el Pucela ofreció potencial, credenciales y respuestas. Poco más se puede pedir al equipo vallisoletano en un partido que dominó pero, ante todo, en el que ofreció lo que su entrenador quiere. Pudiendo estar en la cabeza del burgalés durante unos segundos en el diseño de la temporada y del modelo de juego, los dos goles anotados por los pucelanos en la victoria ante el FC Cartagena estarían en ese dibujo. Son lo que él quiere y lo que él ha buscado. Además, los tantos de Shon Weissman y Gonzalo Plata demuestran mucho del crecimiento de un equipo que crece de forma progresiva y constante.
Tras un inicio de tú a tú y en el que ambos equipos mostraron qué querían y cómo, el partido cambió gracias a un enorme gol de Shon Weissman. El remate es lo más sencillo y con este matiz se define la fuerza del gol. La superioridad pucelana para vivir en campo y área rival, la fuerza de Shon Weissman para salir de zona, arrastrar marcas y facilitar movimientos a su espalda y la calidad de Álvaro Aguado y Toni Villa para superar rivales son determinantes en el modelo pucelano y, a su vez, en un gol que cambió el partido.
Progresión constante
Abierto el marcador, el encuentro fue blanquivioleta. Pese a los intentos de respuesta de un más que digno FC Cartagena, el Real Valladolid dominó el duelo y no lo hizo sólo con el balón. Controlando cualquier registro en las transiciones, los pucelanos firmaron el gol que tanto necesitaba este equipo. El de Pacheta era un equipo, antes incluso de su llegada, que no sabía responder tras el robo. Intentaba generar pero no lo conseguía porque no corría con fuerza, efectivos ni calidad. Así era difícil generar superioridad pero, en esta ocasión, Gonzalo Plata lo consiguió.
Tras un saque de esquina del FC Cartagena, el Real Valladolid supo correr y el atacante ecuatoriano supo qué hacer en el área tras una carrera de más de 60 metros. La calidad de la definición y la ejecución total del equipo tras el robo suponen un plus en las variantes que los pucelanos necesitan para la temporada. Creciendo de forma constante en las respuestas al partido, el equipo necesitaba mostrar su potencia en los contragolpes como lo hizo ante el FC Cartagena. Ambos son goles que estaban en la mente del Real Valladolid y de su entrenador y que no han conseguido por casualidad sino por el crecimiento del día a día. El mencionado «proceso».