Kike Pérez es un jugador de enorme calidad y de cualidades muy interesantes. Posiblemente, tenga rasgos que ningún otro jugador tenga en la plantilla. Tanto en la actual como en la de la temporada pasada. El toledano suma verticalidad, último pase, llegada al área y un buen golpeo desde una potente pierna izquierda. Es un jugador completo que desde el salto al primer equipo no está cumpliendo las expectativas. Su gran año con el Real Valladolid Promesas en la temporada 2020/2021 y su aportación con el primer equipo tras el confinamiento elevaron las ilusiones con un jugador que, actualmente, está fuera de rodaje y de puesto.
Si bien la temporada pasada no dejó en una buena situación a ninguno de los futbolistas del equipo, la presente no está confirmando al ‘8’ dentro de las ambiciones con las que se le señalaba. Está fuera de puesto, sí, pero lo importante es analizar por qué lo está y cómo debe salir de él. Creyendo que en el mundo del fútbol siempre hay que analizar el porqué de las situaciones, el hecho de que Kike Pérez esté jugando fuera de posición es tan llamativo como, posiblemente, elocuente.
Todo el análisis de la temporada del centrocampista llega por la importante lesión que sufrió en los primeros entrenamientos de la temporada. Aquéllo fue un lastre importante para un jugador que, actualmente, 196 minutos ligueros. Siendo titular sólo en la derrota (4-1) ante la Sociedad Deportiva Amorebieta tras sumar un mes de rodaje en la competición, Kike quedó muy señalado, por su rendimiento, su situación o por Pacheta, el pasado domingo. El sustituto a la lesión de Roque Mesa no fue él, siendo un perfil similar al grancanario y el cuerpo técnico apostó por Fede San Emeterio.
Siendo un estilo totalmente diferente el del cántabro al del grancanario y viendo, además, el uso que Pacheta está haciendo del jugador, el dilema sobre Kike Pérez es doble y está lleno de preguntas. ¿Cuál es el problema con el ‘8’? Principalmente yo entiendo que el jugador no está bien. No está en su mejor estado de forma pero el cuerpo técnico no le quiere perder, le quiere recuperar y le da minutos. Esas oportunidades son fuera de puesto, sí, pero son una prueba de confianza en su potencial y cualidades.
Doble pregunta
Desde esas aportaciones lejos de su zona de influencia se pretende recuperar al jugador, acercarle a su mejor versión y, así, poder contar con él en su mejor papel. Creyendo en el jugador, la idea de analizarle desde la lesión y el proceso para llegar a su mejor estado son ideas capitales y necesarias para entender por qué juega tan poco y por qué lo hace tan lejos de su demarcación. Objetivamente, también existe otra posibilidad y es la de la falta de confianza del cuerpo técnico en él.
El tiempo dictará sentencia, pero hasta entonces seguirán las dudas y las preguntas, aquéllas que se crean cuando un jugador vive fuera de puesto y lo hace con un peso tan residual como el del ‘8’. En ese momento, las cuestiones de saber si no está cumpliendo las expectativas asoman en cualquier situación personal y la de Kike Pérez ahora se mueve por la fina línea que hay entre la confianza o la desconfianza. Entre el proceso o el estancamiento. Posee calidad y un estilo diferente pero, por el momento, todo está en el aire. No ahora, y sí desde su salto al primer equipo.
