El rendimiento de un jugador depende de muchos conceptos y no sólo de la calidad. Éste es un debate que intenté realizar en varias ocasiones la temporada pasada al creer que muchos jugadores de la plantilla del Real Valladolid 2020/2021 tenían más calidad de la que demostraban. Un futbolista puede ser muy bueno una temporada, si se analizan sólo los números, y muy malo unos meses después. Cualquier posición puede estar señalada por diferentes contextos y matices, como es el caso de Kiko Olivas, un jugador de enorme rendimiento en el Estadio José Zorrilla pero que, ahora, está marcado por importantes detalles y contextos.
Desde su llegada al Real Valladolid en el verano de 2018, el de Antequera ha sido titular y muy importante para los tres entrenadores que ha tenido. Para Luis César Sampedro, Sergio González y José Rojo, Pacheta, el ‘4’ ha tenido peso, galones y minutos pero, realmente, sólo ha sido determinante con el catalán. Pese que gallego y burgalés le han dado la titularidad y el liderazgo de la defensa, cierto es que sólo la propuesta de Sergio ha sido buena para él.
El juego abierto y de espacios de Sampedro debilitaba al jugador, como, en parte, ocurre ahora con el de Pacheta. Sin asumir tanto riesgo como en el inicio de la temporada 2017/2018, Kiko Olivas vuelve a estar tan debilitado como en aquel momento. En aquella campaña eran pocas las opciones defensivas del equipo pero, ahora, con cuatro compañeros más para el eje de la defensa, Kiko Olivas está tan señalado y cuestionado. Ahora, con el rendimiento que está ofreciendo un jugador que sigue marcado por la gravedad de la lesión que le marcó la temporada pasada, se recuerda el irregular bagaje de aquella temporada y por qué llegó a Zorrilla.
Kiko Olivas, que tan bien rindió en la etapa más fuerte de Sergio González en el Real Valladolid, llegó a Zorrilla tras ser descartado por un Girona FC recién llegado a LaLiga SmartBank y tras perder el puesto de titular en la campaña del ascenso. Siendo determinante en la temporada 2015/2016, con 46 partidos disputados, Olivas llegó a Pucela tras sumar 17 partidos y verse superado por Juanpe Ramírez, jugador que meses antes de explotar en el Estadio de Montilivi fue criticado y descartado en Valladolid.
Rendimiento y minutos
En la propuesta de Pablo Machín para llegar a la élite y llevar al Girona FC a los mejores registros de su carrera, el equipo catalán descartó a Kiko Olivas por las carencias que le están marcando en la actualidad. Personalmente, lo veo señalado en el gol del Sporting de Gijón en la victoria pucelana (1-2) este sábado. Los problemas de marcaje, las carencias a la espalda y la debilidad para las transiciones y la velocidad se ven en esa acción y en el rendimiento de un jugador que vuelve a mostrar las carencias que le debilitan en sensaciones, juego y rendimiento, pero no en minutos ni peso.
Con 932 minutos, Kiko Olivas es el jugador de campo que más minutos acumula en esta temporada
Pese a que no es el jugador que tuvo Sergio González porque, principalmente, ni Pacheta ni Sampedro juegan a lo que proponía el entrenador catalán, Kiko Olivas sigue teniendo el mismo peso. Con 932 minutos sumados en 12 jornadas, más del 85%, el experimentado central es el jugador de campo más utilizado por Pacheta en la presente temporada, aquélla que le está devolviendo a ciertas de las carencias y problemas que mostró antes de que Sergio González llegara a Zorrilla.
Con él se eliminaron las dudas que existían sobre un jugador que pese al innegable bajón de su rendimiento sigue teniendo el protagonismo que le dio Sampedro y que tanto potenció Sergio con un estilo tan concreto y definido como alejado del actual. Así, desde el juego, se entienden los problemas de rendimiento del jugador más importante para Pacheta pero, a la vez, uno de los más señalados en un momento de bonanza y elogios al grupo.