La linterna de Velasco

La linterna de Ángel Velasco, desde el 20 de febrero de 2007 informando y opinando sobre el Real Valladolid

Los partidos, en frío

Pacheta desaprovechó la sublime inercia conseguida

El partido del Real Valladolid ante la UD Ibiza fue bueno. A mí me gustó. Mucho. Tuvo casi todo lo que le quiero pedir a este equipo y, por ello, volví a sufrir con el Pucela. Me gustó lo que vi de los de José Rojo, Pacheta, porque fueron dominadores del juego y crearon muchas ocasiones y desde diferentes registros. Fue un Real Valladolid completo al que le penalizó no tener más acierto de cara a portería, entre otros aspectos. Con todo, me niego a creer que el partido se escapó sólo por la falta de puntería porque, sin ella, el equipo hubiera ganado. Pese a todas las ocasiones marradas, los dos puntos se perdieron por un gol encajado, el que define los problemas del equipo y la mala lectura de cuerpo técnico de un detalle del partido que fue diferencial.

En las últimas semanas he confirmado en varias ocasiones que éste es un Real Valladolid que crece, sí, pero que lo hace más lento de lo que me esperaba. Creía que Pacheta iba a convencer antes al vestuario pero, en realidad, éste está siendo un largo proceso que deja detalles de juego muy mejorables. Los vallisoletanos, por ejemplo, tienen grandes problemas a la hora de ajustarse tras la pérdida y, muy posiblemente, por ahí llegara el tanto de la UD Ibiza y la pérdida de los dos puntos.

Los de Juan Carlos Carcedo sumaban en el Estadio José Zorrilla por aprovechar una acción en la que el Pucela se reajustó mal. El equipo, hasta ese momento, estaba cómodo en el terreno de juego y lo estaba porque vivía lejos de su área. La sensación de peligro era pucelana porque los locales dominaban las alturas. Jugaban cerca del área de Germán Parreño porque al perder adelantaban las líneas. El pasado sábado, tras el empate (1-1) de la UD Las Palmas en Almería, Pepe Mel aseguró que el equipo almeriense había defendido «hacia adelante». Presión alta y ambición para achicar y limitar espacios tras la pérdida.

Error de interpretación
Los de Joan Francesc Ferrer, Rubi, eran ambiciosos y querían que el rival no pensara. Limitaban las opciones opuestas en los segundos posteriores a la pérdida. Se ajustaban con rapidez e iban a por el balón adelantando las líneas. En muchas fases de la undécima jornada, el Real Valladolid lo conseguía. Era atrevido y protagonista y no se conformaba con esperar. Saltaba con el balón y a por el balón. Con jugadores como Rubén Alcaraz, Roque Mesa o Álvaro Aguado es fácil hacerlo porque es lo que ellos buscan.

Son perfiles de jugadores que quieren dar siempre un paso al frente. Son futbolistas para dar un paso al frente y no atrás, todo lo contrario de lo que es Fede San Emeterio. La entrada del cántabro fue un error. Pese a que fuera por una fracción reducida de partido, su estilo no es el que pedía el partido. El Real Valladolid debía seguir dando pasos al ataque y a campo rival y, con el ’20’, ese paso fue hacia atrás o para buscar el equilibrio y ese error de interpretación condenó al equipo y le restó dos importantes puntos.

Pacheta cambiaba el partido cuando, en realidad, el duelo exigía presencia ofensiva y no equilibrio. Desde ahí se perdió el control y se dejó de dominar las transiciones defensivas. Hay dos formas para defender una transición y el partido pedía aquélla que Pacheta no supo dar a sus jugadores con unos cambios que hicieron que el equipo perdiera o, como poco, disminuyera la inercia que había tomado en el que es indudablemente el mejor duelo de la temporada 2021/2022.

𝟭𝟵𝟴𝟴. 𝘗𝘦𝘳𝘪𝘰𝘥𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘥𝘦𝘱𝘰𝘳𝘵𝘪𝘷𝘰 𝘺 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦𝘯𝘢𝘥𝘰𝘳 𝘜𝘌𝘍𝘈 𝘗𝘙𝘖. Creo que en el fútbol todo tiene el término apropiado y un porqué obligatorio. Por ello, desde 2007 llevo entrenando equipos y escribiendo sobre cómo entiendo este deporte