La situación del Real Valladolid es compleja, complicada y negativa. El lugar del que se viene marca la temporada 2021/2022 del equipo de José Rojo, Pacheta, y el inicio de la temporada lo multiplicó. Las tres derrotas seguidas fue y es un lastre importante para los pucelanos. Construir con la debilidad con la que se llegó al inicio de la temporada no es sencillo. Reconstruir tan pronto como lo tuvo que hacer el equipo, después de esos tres partidos perdidos, debilitó cierta de la confianza recuperada y la credibilidad ganada. Por todo y de forma lógica y, en parte, justa, el Real Valladolid está marcado por la negatividad y la crítica.
Se esperaba más y mejor de este equipo. Se creía que Pacheta iba a conseguir que el proceso fuera más rápido y directo. Personalmente, creía que el entrenador burgalés iba a convencer a los jugadores antes de lo que lo está haciendo. El proceso está siendo mucho más largo y en él está muy presente el negativismo. Es lógico, repito, y es normal después de lo vivido la temporada pasada y del dubitativo inicio del equipo. Con todo, la victoria en el Estadio de Butarque ayuda a que el Real Valladolid elimine parte del negativismo en su temporada y proceder.
Suprimir esas críticas que existen sobre el equipo no se debe hacer porque sea el Real Valladolid o por ese argumento tan escuchado la temporada pasada del barco, de remar y de apoyar. Uno analiza lo que ve y lo que este Real Valladolid ofrece, actualmente, no es una idea de juego clara, dominadora y evolutiva, pero ante el Club Deportivo Leganés, el equipo de Pacheta ofreció buenos registros y argumentos para ser ese equipo que se gane cierta credibilidad y confianza. Ambos son conceptos que el equipo necesita y que la situación le niega por fases del juego como los primeros 20 minutos del duelo, por ejemplo.
Desde victorias como ésta
En el inicio del encuentro, el Real Valladolid fue inferior al rival. El conjunto local generó mayor sensación de peligro, tuvo mayor control del partido y creó más ocasiones de gol. ¿Por qué lo hizo? Porque el Pucela no estaba bien. Lejos de elogiar la propuesta inicial del equipo de Asier Garitano, una lectura negativa como la que hay sobre el equipo obliga a mirar a ese frente. En otro momento, la crítica no existiría así porque todo se centraría en una buena versión del rival. El Real Valladolid sigue instalado en esa crítica porque el momento así lo pide y porque la exigencia, como debe ser, es alta.
Por todo, los tres puntos cosechados ante el CD Leganés ayudan a que el equipo pucelano adquiera parte de la receta que tanto necesita para eliminar ese negativismo que hay sobre el equipo y, así, conseguir tener confianza y credibilidad. Desde ellas se llegará a la seguridad y el equipo crecerá en todos sus registros. Por el momento, y sin grandes alardes y con cierta inconsistencia en determinados momentos, el Pucela confirmó la profundidad de plantilla, la capacidad del vestuario y el liderazgo del entrenador. ¡No es poco!
La gestión que Pacheta realizó del equipo y de sus recursos en los 90 minutos es digna de señalar para la consecución de una importante y relevante victoria que elimina cierto del merecido negativismo que existe sobre el equipo. Esa crítica, exterior e interior, genera dudas en el equipo e impide que el Real Valladolid crezca como debe y como se puede exigir pero, ante todo, como permiten victorias como ésta.