Uno de los tópicos que menos me gustan en el fútbol es ese que dice que a un equipo le «falta fútbol». Éste es un argumento que llega desde esa sensación de que sólo existe un tipo de juego, aquél en el que el equipo es dominador del balón y de la posesión. Al Cádiz CF, obviamente, «le falta» mucho fútbol. Parece que los de Álvaro Cervera necesitan más posesión de balón para ser dominadores del juego, pero no. Todo lo contrario. El Cádiz CF tiene su estilo y en él está la segunda jugada, el juego directo, la transición ofensiva… Los gaditanos tienen claro qué buscan, el actual Real Valladolid, no. No del todo.
No creo que sea una cuestión de balón y de posesión, pero sí de ideas claras y consistentes. Obviamente, el equipo tiene un modelo más equilibrado que hace unas semanas, pero no es suficiente. La victoria (2-0) ante la Agrupación Deportiva Alcorcón y el empate (2-2) ante la Sociedad Deportiva Ponferradina ayudaron a que el equipo tuviera claro qué quería. Las ideas base están en la cabeza de los jugadores, pero la ejecución, no. Al Real Valladolid le cuesta ser consistente en su idea y en su ejecución. Al Pucela de José Rojo, Pacheta, le faltan ideas y poso para su fútbol. Nada más.
Un equipo hecho y conjuntado es aquel que sabe responder de forma consistente a la realidad que se encuentra y al Real Valladolid le costó hacerlo en el Estadio de Butarque. Cuando aún no estás formado al 100%, como es el caso de este Pucela, los primeros minutos del duelo son determinantes y el equipo de Pacheta no estuvo bien en ellos. Sin claridad en esa fase inicial, el Pucela se vio superado en su cabeza y no sólo en el terreno de juego. Faltaron ideas y, ante todo, respuestas a la propuesta inicial.
Múltiples recursos
Desde y por esa idea, el Real Valladolid sigue confirmando la capacidad de mejora y el trabajo que tiene por delante. Al equipo le falta consistencia e ideas. En ese orden y en el contrario. Da igual. Al equipo se le pueden y se le deben pedir más recursos en el juego porque tiene mucho potencial sobre el terreno de juego. Así, y sabiendo que su idea aún se debe forjar en el equipo, la victoria en Leganés llega por la lectura que Pacheta hizo del encuentro. Sin múltiples ideas, el equipo demandaba presencia en campo contrario y fuerza en los últimos metros. Para ello no hay mejor pareja actualmente para conseguirlo que la dupla entre Shon Weissman y Sergio León, como así se demostró.
Viajar a un duelo tan exigente como éste con sólo dos delanteros y mantenerlos en el terreno de juego durante más de 80 minutos es digno de elogiar. La lectura de que al equipo le faltan argumentos para su fútbol es real pero con todo tiene los jugadores y la base para construirlos. Con todo es por lo que se le debe pedir más y exigir más a un equipo en fase de crecimiento, aquélla que quiere dejar atrás el negativismo para centrarse en el margen de mejora que tiene un equipo de múltiples recursos.