Primero por el factor sorpresa y, después, por el rendimiento ofrecido. Ambos conceptos son los que marcan el análisis y el protagonismo que Álvaro Aguado está teniendo en el Real Valladolid en las últimas semanas. El jienense es uno de los nombres propios del Estadio José Zorrilla tras sus dos titularidades consecutivas, después de sumar minutos en los siete encuentros ligueros y, obviamente, por seguir en la dinámica pucelana. Con todo, y tras ser la figura de la victoria (2-0) ante la Agrupación Deportiva Alcorcón, la gran pregunta es saber hasta dónde podrá estirar el jugador la expectativa generada.
Los dos últimos encuentros han situado al futbolista en un estado y en un lugar que no tuvo ni con su llegada a Valladolid. El mal cierre de etapa en el Córdoba CF generaron recelo en el mundo blanquivioleta pero, ahora, tras el rendimiento acumulado, Aguado es una de las grandes ilusiones pucelanas. La personalidad mostrada, la verticalidad sumada y la juventud que atesora le hacen tener un rol destacado en las expectativas de futuro y no tener techo.
La sorpresa por su peso y rendimiento en las últimas semanas llevan a cuestionarse hasta dónde puede llegar el jugador y cuál debe ser su peso en el equipo. Ambas son preguntas que, actualmente, no tienen respuesta. No la tienen porque hay dos factores que sólo puede calibrar el jugador. Ahora, Álvaro Aguado es un jugador con mucha confianza. En sus declaraciones de las últimas semanas, el ’16’ ha confirmado que está viviendo un buen momento. Desde él puede ofrecer rendimiento y relevancia. Con ellos podrá explotar todo el potencial que atesora y que aún tiene por descubrir.
Un potencial por descubrir
Pese a conocer al jugador de etapas pasadas, las últimas semana están mostrando nuevas cualidades del jugador. Más allá del liderazgo y de la personalidad, Álvaro Aguado está sumando mucho en la construcción y en la dirección del juego. Asume peso para crear, para distribuir y, obviamente, para llegar. Siendo un centrocampista de llegada y peso en los últimos metros desde una posición más liberada en el centro del campo, en los últimos duelos se ha visto un jugador con equilibrio, posicionamiento y compresión del juego.
Necesitando habitualmente de cierta liberación para destacar en el juego, Álvaro Aguado ha sido en las últimas semanas un jugador que ha rendido en muchos frentes pero que, ante todo, ha mostrado potencial y posibilidades. Con un enorme margen de mejor y crecimiento, el techo del jugador es, ahora, inimaginable. Obviamente tiene detalles competitivos que pulir y rasgos del juego que debe corregir desde la acumulación de minutos. En las últimas dos temporadas no sumó todo lo que debería y, desde ahí, se entienden diferentes respuestas al juego.
Pese a ese margen y detalles, el ’16’ es, actualmente, un jugador con peso y futuro en el equipo de Pacheta y en la entidad. Así, su expectativa se puede estirar mucho más. Pese a que la suya haya sido una sorpresa enorme en estas semanas de competición, el techo aún no se ha descubierto y no se ha hecho porque con confianza, minutos y protagonismo, el potencial de este talentoso centrocampista de dominio de balón, conducción y llegada puede dar un importante giro y ser ese activo tan «cojonudo» como Pacheta cree que puede ser para los intereses del Real Valladolid.