En estas frases de motivación y de superación que se pueden ver por las redes sociales siempre aparece la diferencia entre ‘jefe’ y ‘líder’. Parece un detalle, pero tiene mucho fondo. Al jefe se le selecciona, pero el líder se hace. José Rojo, Pacheta, es el jefe del Real Valladolid desde que fue elegido como nuevo entrenador. Aún no se ha confirmado que sea el líder del equipo aunque está muy cerca de conseguirlo. Los resultados del inicio de temporada, cuando menos propio puede ser este Real Valladolid, confirman que el equipo tiene calidad pero, también, que los jugadores creen en su nuevo entrenador.
Semana a semana se ha visto mejor al equipo. Éste ha crecido y los pucelanos, por ello, disfrutan del proceso con un entrenador que está siendo capital. Pacheta ha entendido muy bien los pasos que debía dar semanas atrás. Atacando, incluso, la «inestabilidad» que notaba en el Estadio José Zorrilla por los últimos días del mercado, el cierre de la ventana de fichajes ha hecho que los pucelanos empiecen a ver que el burgalés es el líder de este equipo, un grupo con debilidades pero, cada vez, con más seguridades.
La victoria (0-2) ante el Club Deportivo Lugo ha hecho que los pucelanos se sientan con fuerza. Independientemente de la categoría, esos eran duelos que se perdían en otros momentos. Éste era un grupo que no tenía fuerza ni estaba hecho para solucionar problemas. No existía un ‘plan B’ a su juego y propuesta y, claro, el Real Valladolid era todo lo contrario de la seguridad que se demanda a cualquier entidad deportiva. Sobre el terreno de juego se veían más las debilidades que las fortalezas, todo lo contrario de las últimas semanas.
Desde el inicio de la competición, el Real Valladolid está creciendo y lo está haciendo por la seguridad y el convencimiento que ofrece José Rojo, Pacheta. Antes de la cuarta jornada y de un duelo especial para él, el viaje del Real Valladolid al Estadio de El Plantío confirmó que el burgalés se va acercando al líder que demanda este Pucela. Desde hace semanas toma decisiones y es el jefe, pero en los últimos días, con resultados pero, ante todo, con procesos y gestiones, Pacheta se acerca a ser ese líder que necesita cualquier equipo para hacer de los problemas oportunidades.
Una forma segura y convincente
Horas antes de que el entrenador pucelano confirmara su confianza en la plantilla y ratificara la seguridad sobre el proyecto, David Espinar destacó la seguridad del cuerpo técnico en hacer de cada problema una solución. Con una pretemporada complicada y un verano agitado, Pacheta y los suyos se han ganado el respeto de todos. Iniciando por aquéllos que le ficharon pero que no habían trabajado con ellos y siguiendo, obviamente, por los jugadores.
Estos confían en su mensaje y en sus palabras. Lo hacen porque él genera que se crea en lo que dice. Las formas y el cumplimiento de sus términos le hacen ser, actualmente, el líder que demanda el Real Valladolid para una temporada dura y exigente pero, a la vez, ilusionante y motivadora. Recuperar la seguridad sobre el equipo es prioritario y, para ello, Pacheta es el mejor indicado para hacerlo, tal y como se esperaba pero, sobre todo, tal y como está demostrando en el día a día y en comparecencias tan seguras y convincentes como la de la previa al duelo ante el Burgos CF.
