¿Qué es ser veloz en el mundo del fútbol? Es una buena pregunta pero, también, un análisis complejo con muchas variantes y conceptos totalmente subjetivos. Ayer, tras la llegada de Hugo Vallejo al Estadio José Zorrilla, debatía de forma breve en Twitter con Rafael Vaquero los diferentes criterios que puede haber para entender qué jugador es rápido y cuál no. Para mí, el nuevo jugador blanquivioleta es veloz y lo es en muchos conceptos, pero sobre todo en aquel que se debe pedir a un futbolista de ataque: con el balón. La verticalidad y el dominio del esférico en campo contrario son dos de las grandes virtudes de este joven jugador válido para los dos cotados del ataque por el buen manejo que tiene de ambas piernas.
En enero de 2020, cuando fue presentado con el Deportivo de la Coruña, Hugo Vallejo aseguró que él «prefiere» jugar en el costado zurdo aunque también lo ha hecho en el derecho. Su conducción invita a generar juego interior y ese pase final en el que puede destacar, ser protagonista y con el que se puede convertir en un jugador diferencial para que el Real Valladolid no sea un equipo previsible y lento en los últimos metros.
Cualquier equipo dominador y que busca ser protagonista debe tener una propuesta vertical y que imprima una velocidad más a su juego en los últimos metros. Al equipo blanquivioleta, sin ir más lejos, le ha costado en los dos primeros partidos ligueros de la temporada imponer ese cambio ritmo. Los de José Rojo, Pacheta, no han tenido esa fuerza ni personalidad para activar una jugada rápida y vertical e imponer una velocidad mayor al juego. Con Hugo Vallejo sí se puede conseguir y se puede hacer en todas las variantes que ofrece un jugador con dominio de ambas piernas y la capacidad para superar rivales con balón o en desmarques.
Con cualidades para ser un jugador importante en el futuro a corto plazo del Real Valladolid, Hugo Vallejo llega a Zorrilla necesitado de confianza y protagonista, que no siempre está vinculado al volumen de minutos. «Todos los jugadores del equipo saben su rol», aseguró Pacheta hace unos días y el granadino tendrá el suyo dentro del esquema y la propuesta pucelana. Éste evolucionará y no será el mismo a su llegada que con el avance de la temporada pero, sea en una fase u otra, el nuevo pucelano tendrá un rol de minutos concreto y en contextos determinados.
Firmar ar un jugador del potencial de Hugo Vallejo es una buena operación para el Real Valladolid, pero hacerlo en las condiciones pactadas es un éxito y una necesidad al 50% entre las dos partes. Para el Club, hacerse con un activo de futuro durante tres temporadas es muy ventajoso pero lo hace sabiendo las necesidades que tiene el jugador y la exigencia que hace de tener ese rol que demanda.
Un contrato necesario
Tras una mala salida del Málaga CF, su paso por Coruña y su temporada completa en el Real Madrid Castilla, Hugo Vallejo pide tiempo, confianza y galones. Una cesión no es el camino pero un crecimiento en un lugar concreto, sí. Para llegar a sus registros no necesita mirar a los números y sí a que su intervención y su peso sean cada vez mayores. Por el momento, el único registro y cifra que le debe importar al nuevo jugador del Real Valladolid es el de los años de contrato.
Se ha unido con el Real Valladolid en un proyecto a medio plazo. Tiene más vinculación con la entidad que el director deportivo y el entrenador. Se le han dado galones en el futuro del Estadio José Zorrilla y él los debe asumir para crecer de forma progresiva en esta gran oportunidad, aquélla que, muy posiblemente, sea su mejor opción en el fútbol profesional desde que debutó en él el 6 de enero del año 2019. Desde entonces, altibajos de juego y confianza, aquéllo que debe evitar Valladolid. Con paciencia y tiempo.