Después del partido del Real Valladolid ante el Real Zaragoza vi que jugaba el Real Oviedo y, rápidamente, busqué si estaba jugando Luismi Sánchez. Era, simplemente, curiosidad para saber por el exblanquivioleta. El andaluz, recién llegado al equipo asturiano, no estaba en el once ni en la convocatoria, todo lo contrario de lo que ocurrió en su primera etapa en el Estadio Carlos Tartiere. En aquella ocasión, tras la cesión desde el Estadio José Zorrilla, Luismi fue titular con sólo un par de entrenamientos en Oviedo. Las circunstancias eran diferentes, como lo son también en la lectura y en la gestión de los partidos.
Una de las mayores carencias de Sergio González en temporadas pasadas y, sobre todo, en la última era la dificultad que tenía para leer partidos e intervenir en ellos. Confesado por él, hasta el descanso no era «momento» para «ajustar» y el entretiempo nunca era el momento de cambiar a ningún jugador. Todos se merecían una nueva oportunidad tras el paso por vestuarios. Esa lectura es complicada y, como se vio, contraproducente, pero él la mantuvo toda la temporada. Pacheta, en cambio, no la ha firmado ni en la segunda jornada.
Tras los primeros 45 minutos, el Real Valladolid pedía un cambio de dibujo y de protagonistas. La situación era límite y el cuerpo técnico estaba exigido a tomar cartas en el asunto. Quitar a un delantero para dar entrada a un centrocampista posicional no es un movimiento fácil pero sí necesario. No es que el cambio sea bueno porque el Real Valladolid ganara sino que el Real Valladolid ganó por ese cambio. El orden de los factores es diferente.
Decisiones
Todo equipo debe ser versátil y es lo que consiguió generar Pacheta con la sustitución del descanso. Sabiendo cuál es su perfil de entrenador y su condición de psicólogo, el burgalés ha demostrado leer bien el partido. Siendo éste un cambio fácil de ver pero difícil de gestionar, la sustitución muestra el tipo de entrenador con el que se ha hecho el Real Valladolid. Demandando decisiones, participaciones y lecturas de juego que no han existido en los últimas temporadas, los pucelanos estarán cerca de sus objetivos porque en este equipo ya no hay miedo a tomar decisiones.
«Todos los jugadores saben su rol», aseguraba Pacheta hace una semana pero eso no quita para que los blanquivioleta deban tener una gestión importante y marcada por el inicio de temporada. Queriendo convencer al «mayor número» posible de jugadores, como explicó Pacheta en la previa a la visita del Real Zaragoza, hacer un cambio en el descanso es una intervención que hay que saber vender al equipo y a sus protagonistas a estas alturas. Las primeras impresiones son muy importantes y, en estos momentos, el Real Valladolid está conociendo al cuerpo técnico y éste se debe ganar al grupo por encima de un resultado, matiz opuesto a otras fases de la temporada.