La rueda de prensa de José Rojo, Pacheta, tras el partido del Real Valladolid ante el Real Zaragoza dejó dos partes muy bien diferenciadas. Si por un lado estuvo el análisis del partido, por el otro estaba el análisis a la situación de Marcos André. Siendo el ‘7’ el gran protagonista de la previa y del encuentro, las palabras del entrenador pucelano definen muy bien cuál es su situación y qué se puede esperar del equipo en las próximas semanas. Tal y como anunció en su presentación, Pacheta sólo va a contar con los que «tengan la cabeza en Valladolid». Sabiendo que su forma de demostrar quién está en Valladolid es con la titularidad, el equipo que se le puede quedar a los pucelanos es muy interesante.
Sabiendo que la situación cambia de una semana para otra, tal y como confirma Marcos André, ver en el once titular del Real Valladolid a Roque Mesa, Shon Weissman, Lucas Olaza, Toni Villa y Óscar Plano genera tranquilidad de saber qué equipo van a tener los pucelanos y qué se puede esperar de él. Si estos jugadores son titulares es porque están comprometidos y si lo están, el Pucela tiene una base importante. Faltan detalles, obviamente, pero los detalles, detalles son. Lo verdaderamente importante es la base y la estructura, y el Real Valladolid la tiene.
La temporada pasada hizo mucho daño al Real Valladolid. A nivel de confianza, este Pucela sigue roto. Le cuesta liderar cualquier aspecto, como demuestra la situación de Marcos André. Que el brasileño esté con más de un pie lejos de Zorrilla no quita para que se deba analizar quién queda en el equipo y qué pueden sumar. La marcha del ‘7’ sería destacable pero la permanencia de esa base y núcleo mencionado es más importante y hará al Real Valladolid más sostenible. Las debilidades pucelanas generadas por la temporada pasada también se ven en los análisis. Hay falta de confianza y seguridad sobre un equipo que, ahora, está convencido, motivado y comprometido.
La base por encima de Marcos André
La confianza actual está en Pacheta, un entrenador que convence a los jugadores, no a todos pero sí a una gran parte; un preparador que interviene en lo partidos con solvencia; y ese líder que guía al Pucela en el convencimiento sobre una afición dolida y debilitada por los acontecimiento recientes. Por ello, y siguiendo su filosofía positiva pero realista, la lectura está en la plantilla y en todos esos «grandes jugadores» que tiene el Real Valladolid.
Perder a Marcos André sería importante, sí, pero ver a muchos jugadores en la titularidad las primeras dos jornadas genera la seguridad de que el equipo que se quedará en Valladolid será interesante y fiable. La estructura y la base del equipo es buena. Necesita rodaje, aclimatación al entrenador y detalles, pero tener esa base es capital para mirar al futuro con solvencia y con la seguridad de que el grupo va a saber atacar todas las mejoras que debe tener.
Ante el Real Zaragoza, el partido tuvo, como en el empate (1-1) en Las Palmas, desequilibrios e irregularidad en el rendimiento. Es normal, el equipo debe crecer y debe mejorar y puede hacerlo desde una base que, por el momento, está comprometida y que tiene el visto bueno de su entrenador. A falta de algo más de una semana para el cierre del mercado es suficiente para, como poco, no estar tan dubitativo como está el clima.