«Pacheta es el entrenador que necesita este Real Valladolid». Ésta es una frase que he asegurado en varias ocasiones en los últimos meses y que creo de forma convencida. No es una pose. Considero que el entrenador burgalés es el perfil de preparador que demanda un equipo al que le cuesta ser fiable y seguro en el terreno de juego. El actual Pucela es ese equipo débil y sin confianza al que cualquier movimiento en el terreno de juego le deja tocado. Ver a los pucelanos dudando cuando hacen un gol, como ocurrió este domingo en Las Palmas, no es nuevo. Es un resquicio de la temporada pasada que el nuevo cuerpo técnico aún no ha corregido.
A este Pucela le falta creer en sus posibilidades pero, también, criterios futbolísticos. Pacheta debe trabajar al equipo en aspectos de motivación y seguridad pero, a su vez, en argumentos de juego. Es cierto que ambos son detalles que suelen ir unidos, pero este Pucela necesita más criterios de juego de los que se vieron en el empate (1-1) en el Estadio de Gran Canaria. Obviamente, el ser la primera jornada define cualquier aspecto del análisis pero, también, el ser la primera jornada no debe cerrar todos las críticas.
Al Pucela le faltaron argumentos sobre el terreno de juego porque, entre otros aspectos, sólo se miró por un sistema de juego. En los últimos minutos y preso del desgaste de sus jugadores, Pacheta cambió el dibujo del equipo pero hasta ese momento el Pucela había dispuesto una misma idea y un mismo estilo cuando ya había sido superado por el terreno de juego por el rival. Creo que al nuevo cuerpo técnico blanquivioleta le faltaron argumentos para liderar el partido y hacer más largos los momentos de dominio que el equipo sí tuvo.
Lógica adaptación
Todo esto se debió a la falta de conocimiento que se tiene del equipo pero, también, a la falta de argumentos que los jugadores pucelanos poseen por el momento. Es, simplemente, una cuestión de trabajo y tiempo. Con dedicación y el enfoque adecuado, encuentros como éste se deben ganar en sólo unas semanas. De no hacerlo, la preocupación existirá pero, hasta el momento, esto se debe tomar como una adaptación lógica y normal a un cambio de preparador.