No ha llegado ningún fichaje al Real Valladolid ni, tampoco, ha habido grandes salidas. Los grandes protagonistas de la temporada 2020/2021 siguen en el Estadio José Zorrilla. Esto hace pensar que el equipo va a ser similar y que la propuesta no tendrá muchos cambios. Nada más lejos de la realidad, tal y como se pudo ver en el encuentro inaugural ante la Unión Deportiva Las Palmas. En el duelo en el Estadio de Gran Canaria se pudo ver la mano de José Rojo, Pacheta, pero, también, todo lo que éste quiere hacer, construir y cambiar.
Desde el primer instante del duelo, el entrenador burgalés ya definió qué quiere y, ante todo, con quién. «Me pagan por tomar decisiones y que éstas sean buenas para el equipo», aseguró en la previa al debut liguero y ese fue un camino que empezó haciendo desde bien pronto. La apuesta por Roberto, el cambio de demarcación de Óscar Plano y Toni Villa, la incursión de Roque Mesa, los minutos de juego de Álvaro Aguado por delante de Rubén Alcaraz… Son movimientos y detalles que muestran a dónde quiere llegar Pacheta en su idea de juego, en su organización y en su división de funciones en el vestuario. Nada va a ser igual al año pasado aunque los ingredientes vayan a ser muy similares o idénticos.
Por la categoría y los objetivos del equipo, el Real Valladolid debe cambiar su idea y sus intenciones y, ahí, es dónde el nuevo entrenador manda. Pacheta tiene que seguir reseteando al equipo en aspectos psicológicos porque de la misma forma que existirían vicios lejos del terreno de juego, también los hay en el propio césped. Cómo reaccionó el equipo pucelano al tanto anotado es muy propio de la temporada pasada. Lejos de venirse arriba o controlar más y mejor los tiempos del partido, verse por delante en el marcador hizo que los vallisoletanos perdieran fuerza y credibilidad.
Aciertos y errores
En el tiempo entre el gol de Marcos André y el de Jesé Rodríguez se vio el peor Real Valladolid, aquél que no sabía controlar el duelo ni soportar la superioridad local. Tras el empate local , el equipo pucelano siguió siendo manejado por los grancanarios pero, por lo menos, Pacheta sí supo inyectar en su equipo el gen de rendir en esas circunstancias. Tocaba sufrir y el equipo supo hacerlo, incluso, tuvo la última ocasión del partido con una falta lateral.
La acción de Lucas Olaza es una mera curiosidad del duelo. Un detalle más. Desde él no se puede entender nada pero desde la intervención de Pacheta, sí. El burgalés no consiguió sus objetivos con las sustituciones porque aún se debe mostrar y definir en esa variante y en el conocimiento de su plantilla. Sin fichajes, el protagonista es Pacheta y éste debe conocer más y mejor a sus jugadores.
El entrenador burgalés debe ser el punto diferencial en este equipo porque creyendo en el potencial que tienen los blanquivioleta, el nuevo entrenador pucelano debe confirmar lo importante que es tener un entrenador que crea en el equipo y que trabaje por y para las cualidades de los jugadores. Si cada partido es diferente, cada entrenador es una nueva apuesta y, por ello, el examen al Real Valladolid de Pacheta debe esperar, aunque en Las Palmas de Gran Canaria se vieron sus primeras decisiones e intervenciones y no todas fueron acertadas.