El debut del Real Valladolid en la temporada 2021/2022 me dejó esperanzado en ver un punto de partida pero, también, algo frío. El final del partido fue complicado. No de entender pero sí de gestionar. El equipo de José Rojo, Pacheta, fue superado con creces por el de Pepe Mel. Pese a que considero que no se debe entender el partido por esa fase del juego, tampoco creo que haya que mirar el primer partido de la temporada por el gol de Marcos André. El duelo del brasileño me dejó frío. Muy frío. En las habituales notas tras el partido, para mí no sería el mejor del bando visitante.

Creyendo que el hecho de caer al perfil zurdo no le beneficia al 100% y que su juego debe ser de transiciones y verticalidad por el perfil contrario, el encuentro del jugador estuvo marcado por excesivos disparos a puerta y por una  intención constante e, incluso, desmesurada de buscar la meta de Raúl Fernández. Pese a no tener mucho acierto de cara a portería, el brasileño no se cansó de buscarla y de hacerlo desde jugadas individuales. En ella sí que se entendía su demarcación en el perfil izquierdo, pero no el aprovechamiento que podía y puede hacer el equipo de esa función.

Con Marcos André arrancando desde el perfil izquierdo, el jugador puede buscar con mayor facilidad la portería rival. Anclado en la banda de Lucas Olaza, el ‘7’ tiene mayor posibilidad de tiro pero, a la vez, limita al equipo verticalidad y control de las transiciones. Analizando las palabra de Pacheta desde que llegó al Estadio José Zorrilla en las que hablaba de hacer y proponer desde los registros y los contextos que más y mejor valen para todos los jugadores, el perfil izquierdo del ataque no es el mejor para Marcos André, de la misma forma que no lo es en un momento en el que el mercado está abierto.

Con un ojo en Primera
Pese a que quedarse en el Real Valladolid sería la mejor noticia para el Club y el jugador, el aire de LaLiga Santander gusta a cualquiera y es por ahí por donde parte el jugador brasileño. En Las Palmas, el juego del ‘7’ se definió por el intento de gustar, de asumir peso y protagonismo y de llamar a muchas puertas. Con todo y pese al gol anotado y que, obviamente es capital en el análisis del duelo, la participación de Marcos André en el partido me chirría y me deja frío. Muy frió. Tanto en contextos de juego como en detalles individuales del propio jugador.