Siempre he pensado que el Real Valladolid no debía ni debe olvidar la temporada 2020/2021. De ella se podía y debía aprender mucho y, ahora, pocos meses después del final de la campaña, el Club y su entorno tienen una buena oportunidad. Sabiendo, reconociendo y entendiendo que la pretemporada no está siendo como se esperaba y se quería, la realidad también dice que el Club y su afición están obligados a entender qué se debe sacar en claro de esta situación y cómo se debe enfocar la situación.
Hace unos días, en ElDesmarque Valladolid hablaba de la receta que debe seguir José Rojo, Pacheta, como entrenador blanquivioleta en esta situación. Paciencia y adaptación son las recomendaciones que le hacía al entrenador burgalés al entender que él tiene mucha responsabilidad de cómo se gestione esta situación. La temporada pasada, en el mundo de excusas y de escasa autocrítica en la que vivía el Pucela, el brote de coronavirus fue tomado como una justificación para la nefasta preparación de la tempotada y, a su vez, para la culpablización de los resultados.
Se filtraron responsables, se señalaron a jugadores y se buscaron motivos para justificar una mala preparación y una nefasta adaptación a la realidad existente. Ahora, con la situación del coronavirus más conocida por todos y entendiendo que lo ocurrido en el equipo es una situación poco controlable, el análisis debe ir sobre la necesidad de adaptarse a lo vivido. Pacheta tiene, ahora, un reto mayúsculo y no una excusa para justificar el mal inicio de la pretemporada.
Considerando que de todo se debe aprender, lo vivido la temporada pasada es pasado, valga la redundancia, y desde él se debe fraguar el siguiente éxito, algo que está costando hacer y no sólo tras leer las redes sociales. Palpar el sentir de la afición blanquivioleta es sinónimo de calibrar crispación. Lo vivido la temporada pasada lleva a ver todo como un error. Limpiar la cabeza y el pensamiento es complicado pero, dadas las circunstancias, es lo que más necesita el equipo… ¡y el entorno! Asumir, enterrar y aprender.
¿Irresponsabilidad?
No es cuestión de ‘apoyar’ todo lo que tiene color blanquivioleta, pero sí de ser honestos en los análisis. Un contagio por coronavirus es igual de responsable o irresponsable ahora que hace un año. ¿Se respondería ahora igual a un contagio de Bruno González como se hizo la temporada pasada cuando se condicionó una preparación tan breve? No es cuestión de matices y contextos, que los hay y que justificarían este brote en el Real Valladolid, pero sí es momento de resetear y de aprender del pasado.
Todo lo que engloba al equipo blanquivioleta debe entender qué ocurrió en la temporada pasada, qué se hizo mal y qué se puede cambiar para que el resultado y el proceso sean diferentes. Ahí está la adaptación y la mano izquierda que tanto necesita el Real Valladolid ahora y que, en gran parte, no se está teniendo por ver cómo se gestionó en la temporada pasada una situación similar. La realidad, ahora, es diferente y los líderes, también. Ahí está el motor para creer, por fin, que del pasado se aprende. Vivir de él ha costado ya muy caro.
