La situación actual en el Real Valladolid es de análisis. Fran Sánchez, nuevo director deportivo, es la persona sobre la que se centra la mayor porción de responsabilidad y decisión en estos momentos. El cambio de mes variará el foco sobre José Rojo, Pacheta, pero, por el momento, es el de Orihuela el que debe recopilar información y opiniones, entrevistar jugadores y entornos y palpar sensaciones. Con todo ello, la nueva dirección deportiva del Real Valladolid debe entender hasta qué punto y nivel está capacitado para resetear y motivar a decepciones que se produjeron durante la pasada campaña.
Cualquier parte del entorno del Real Valladolid tiene claro que Joaquín Fernández y Rubén Alcaraz fueron dos de las grandes decepciones. Entre las más destacados o, posiblemente, las más importantes. El almeriense y el catalán, por expectativas creadas y rendimiento no creado, fueron dos justificaciones claras de por qué el equipo terminó como lo hizo. Creyendo, además, que tanto uno como otro vivían temporadas importantes para sus carreras pero, ante todo, para su rol y relevancia en el equipo, Fran Sánchez debe calibrar y examinar mucho sus situaciones.
El nivel de esas exigencias creadas hace que se mantenga la esperanza y la motivación de que ambos, con los cambios que se preparan, sepan entender este paso atrás en su carreras como el empuje y el motor que necesitan. Tanto uno como otro fueron importantes, pero no decisivos. Este último término es el que señala su presente pero, a su vez, el que puede marcar su futuro. Analizando su situación individual, recopilando la información que dejan y palpando las sensaciones propias y del entorno, Fran Sánchez debe decidir cómo se puede recuperar una decepción o, por el contrario, si los coloca en el mercado.
Joaquín Fernández y Rubén Alcaraz fueron una decepción la temporada pasada. Es innegable. Lo es, incluso, para ellos y lo es, sobre todo, por la falta de liderazgo. Sin Kiko Olivas y con Míchel Herrero en un segundo plano, ambos debían haber ofrecido más, pero no lo consiguieron y, por ello, ahora se debe calibrar su motivación, su hambre, sus ganas de revertir la situación y su capacidad para esta nueva exigencia a la que se van a a enfrentar.
¿Cómo están después del golpe del descenso? ¿Cómo valoran ellos su temporada 2020/2021? ¿Qué creen que pasó? ¿Se ven capacitados para liderar el equipo ahora? ¿Cómo los ve el vestuario? ¿Qué opina Pacheta de ellos? ¿Qué supone para sus carreras volver a LaLiga SmartBank? ¿Cómo de viable es hacer un esfuerzo económico por ellos? Estas son preguntas que pueden parecer básicas pero son cuestiones que invitan a entender su situación pero, sobre todo, que obligan a leer entre líneas para saber si dos de las grandes decepciones de la pasada temporada están capacitados para sumar, participar y liderar en la siguiente.