La linterna de Velasco

La linterna de Ángel Velasco, desde el 20 de febrero de 2007 informando y opinando sobre el Real Valladolid

Las voces del Pucela

Un discurso y un enfoque tan naturales como sinceros

Siempre he pensado que un entrenador de fútbol es, en gran parte, un vendedor. Debe hacer llegar sus ideas al equipo de la mejor forma posible y, también, con el estilo que más y mejor puedan recibir en ese vestuario. Para ello es importante saber qué tipo de grupo hay, qué tipo de necesidad tiene ese equipo y cuáles son sus necesidades. Es una cuestión de conocimiento, algo que en la última temporada no supo hacer Sergio González. El catalán no entendió las exigencias pucelanas y se centró en intentar repetir el guión de otras temporadas.

Ahí se empezó a cruzar la temporada y el Club, el vestuario y el entorno estaban en la necesidad de volver a creer. Ese «reseteo» del que tanto hablaba el entrenador catalán debía llegar con otra voz, otro discurso, otro enfoque y otra ilusión. Siempre he creído que José Rojo, Pacheta, es mucho de lo que necesita el Real Valladolid y este jueves, en su presentación en el Estadio José Zorrilla, lo confirmaba. El burgalés es lo que demanda el Club y el propio Pucela es lo que él necesita.

La blanquivioleta es su gran oportunidad y él lo ha dejado claro. Entre tantas expresiones acertadas, necesarias y bien enfocadas, Pacheta aseguró este jueves que «tengo la sensación de que voy cumpliendo etapas. No ha sido fácil llegar hasta aquí. Tengo un proyecto ilusionante. Sé cuál es mi responsabilidad, pero me siento preparado y responsabilizado. Me siento muy, muy feliz». La lectura que hago de estas declaraciones es la de la ilusión, la del sentimiento y la del orgullo. Viniendo de dónde viene el Real Valladolid, estos son tres conceptos que se demandaban con exigencia. El mundo blanquivioleta debía volver a creer y se debía volver a ilusionar. Como fuera, pero con celeridad.

Ilusión y convencimiento
Pacheta en sus primeras horas como entrenador del Real Valladolid lo ha conseguido. Ha generado ilusión y cierto convencimiento. No en el ascenso y sí en él. Su presentación como nuevo entrenador blanquivioleta tuvo contenido, fútbol, promesas, exigencias y delimitaciones. El burgalés se definió y se mostró como el entrenador, con todo lo que conlleva el término, que necesita el Real Valladolid para la nueva temporada. No va a ser una tarea fácil pero, por lo menos, ya se ha ganado la atención.

Sus primeras palabras convencieron y lo hicieron por su sinceridad. El mundo blanquivioleta necesita optimismo, sí, pero, sobre todo, realidad. Si como él asegura, «hacemos una de indios», hablamos de indios y no de vaqueros. Cualquier entorno futbolístico actualmente es exigente. El vallisoletano no es menos, pero tiene unas connotaciones que el burgalés sí ha entendido. Su llegada y sus primeras horas han generado más empatía que toda la temporada pasada. ¿Por qué? Porque el nuevo entrenador ha sabido llegar al aficionado pucelano y ha sabido señalar aquéllo que el Club necesita y que no ha sabido dar en los últimos meses.

La complicidad, la sinceridad o la identificación con un Club son conceptos que no han existido en los últimos meses. El egocentrismo y cierta soberbia ha marcado el camino blanquivioleta en la temporada 2020/2021 y el resultado ha sido la desunión, el desapego, el distanciamiento e, incluso, la indiferencia. Estos conceptos son todo lo contrario a lo que se vivió en la presentación de Pacheta. Sabía que era lo que tenía que decir, sí, pero es que hacía mucho tiempo que no se escuchaba en Zorrilla ni en Valladolid. Era necesario.

𝟭𝟵𝟴𝟴. 𝘗𝘦𝘳𝘪𝘰𝘥𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘥𝘦𝘱𝘰𝘳𝘵𝘪𝘷𝘰 𝘺 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦𝘯𝘢𝘥𝘰𝘳 𝘜𝘌𝘍𝘈 𝘗𝘙𝘖. Creo que en el fútbol todo tiene el término apropiado y un porqué obligatorio. Por ello, desde 2007 llevo entrenando equipos y escribiendo sobre cómo entiendo este deporte