El Real Valladolid está en LaLiga SmartBank. Caer a Segunda división siempre es duro pero hacerlo como lo hizo el Pucela, más. Toda la esperanza y toda la ilusión de la pretemporada, con fichajes como Shon Weissman o Fabián Orellana, se derrumbaron desde muy pronto. El equipo no tuvo personalidad ni liderazgo. Nadie supo dar al equipo lo que éste necesitaba pero, sobre todo, nadie supo cambiar la situación que se demandaba y que pedía el entorno.
La temporada 2020/2021 siempre se va a recordar como aquélla en la que desde el Club, desde el banquillo y desde el vestuario faltó empatía. Desde la desaparición de los canales de comunicación e interacción con el entorno, desde un discurso lleno de excusas por parte del entrenador y desde un estilo con reproches por parte del vestuario, el Real Valladolid rompió con lo establecido para, cuando ya no había solución, darse cuenta de lo mal que se había gestionado todo. El Real Valladolid 2020/2020 y sus protagonistas no supieron dominar la realidad del equipo y, por ello, la llegada de José Rojo, Pacheta, ahora, es una bocanada de aire fresco.
Pacheta es lo que necesita el vestuario, el Club, el entorno y la mentalidad de todos. La forma de vivir el fútbol del burgalés y la ilusión que va a transmitir por este proyecto desde el primer minuto van a ser la mejor receta para que el Real Valladolid comience a dejar atrás las heridas del pasado. La última campaña no se debe negar. No es, en absoluto, una campaña para olvidar y sí que curar. Los vestigios de los últimos meses son altos, pero si alguien tiene las cualidades para convencer de que se puede crecer desde ese dolor, resentimiento, enfado y resignación, ése es Pacheta.
Un punto diferencial
Desde los jugadores hasta el entorno, pasando por medios y trabajadores, todos van a ser taladrados por la filosofía del nuevo entrenador. Ésta es muy diferente a la vivida en las últimas temporadas pero, ojalá, sea igual de influenciable. Yo prefiero la ilusión, el convencimiento, el agradecimiento y la motivación que los reproches, y Pacheta nunca reprochará nada. No lo hará, primero, porque no es su estilo pero, después, porque sabe que no es lo que necesita el Club ni su entorno. Para curar la temporada 2020/2021, el Real Valladolid necesita comprensión e ilusión y, ahí, el burgalés sabe ser diferencial.