La linterna de Velasco

La linterna de Ángel Velasco, desde el 20 de febrero de 2007 informando y opinando sobre el Real Valladolid

Linternazos

Lalo Arantegui, conocimiento para su gran oportunidad

Marca anunció la negociación del Real Valladolid con Lalo Arantegui y, después, ElMundo Diario de Valladolid lo confirmó. Con estas dos informaciones se sabe el nombre de la apuesta de Ronaldo Nazário para la dirección deportiva blanquivioleta y con él me viene Braulio Vázquez a la cabeza. Después de un pequeño hilo sobre el zaragozano en Twitter, mi opinión sobre el que será nuevo responsable deportivo del Pucela para la próxima temporada parte desde el actual director deportivo del CA Osasuna, su bagaje en Valladolid y, sobre todo, el por qué de su salida del Estadio José Zorrilla.

Analizar a un director deportivo siempre me ha parecido muy complicado. Siempre. Creo que no tengo las herramientas ni el conocimiento de las herramientas sobre las que trabaja una dirección deportiva para enjuiciar un puesto. Asegurando que Miguel Ángel Gómez me ha enseñado en su tiempo en Valladolid que éste es un puesto que conlleva mucho más que fichar jugadores, la llegada de Lalo Arantegui me genera dudas. Es cierto que estas son más en en frío que tras un análisis.

Examinando su curriculum, puedo entender que el Club apueste por él. El Real Valladolid va tarde y sin Gómez no hay nada preparado. El Club, ahora mismo, está parado y necesita las ideas y el conocimiento de alguien que haya estado en una situación similar y Lalo lo ha estado. Es la misma circunstancia de Braulio Vázquez en 2017. Osasuna quería que alguien dirigiera su nave ante la falta de ideas y conocimiento y el gallego se enamoró de las posibilidades económicas del club navarro. Ahora es similar. Lalo sabe qué es y qué se necesita en LaLiga SmartBank y, de la misma forma, espera potenciar ese conocimiento y estudio con una fuerza económica que no ha tenido en el Real Zaragoza.

Esa debilidad económica es, como con Braulio, la que le ha llevado a firmar grandes y terribles campañas. Intercalando posibilidades reales de ascenso directo con miedos por el descenso a Segunda B, Lalo ha tenido claras sus apuestas pero estas no siempre han salido bien. Confió en Borja Iglesias, Luis Suárez o Javi Puado pero, también, en  Marc Gual o Juajo Narváez. El resultado es totalmente diferente, pero el perfil similar. Todos esos fichajes, salvo el de Puado, llegaron al inicio del mercado de verano. Eran apuestas fijas y no oportunidades surgidas a última hora. Se confiaba en ellos tras un conocimiento amplio de las opciones de Segunda.

Riesgos necessarios
Conocedor de todo lo que ocurre en Segunda división B, Lalo es asiduo en competiciones no muy valoradas ni estudiadas en España. Al Estadio de La Romareda ha llevado futbolistas de la segunda división portuguesa, de Georgia o de Suiza, entre otros. Tiene un gran conocimiento del mercado al que puede aspirar el Real Valladolid pero, también, la necesidad y la exigencia de saber defenderse con mayores recursos. Con más posibilidades, mayor exigencia para acertar en los fichajes, y es ahí desde donde no ha sido analizado en Zaragoza.

Con lo recursos económicos del equipo maño, Lalo ha arriesgado en muchos momentos. Ha apostado por tiros al aire en determinadas posiciones que no siempre le han salido bien. Ese acierto en su visión es el que ha llevado al equipo a luchar por ascender en 2018 y 2020 pero, a su vez, a coquetear con el descenso en 2019 y este año, cuando es el máximo responsable de un Real Zaragoza que ha peleado por salvar la categoría. Pese a su destitución en diciembre, la plantilla tenía su firma y, a su vez, las carencias de una mala elección de entrenador y, ante todo, de una nefasta gestión de los problemas.

Es aquí, en aquello que no está programado, donde Lalo Arantegui falla. Esta campaña confió en Rubén Baraja pero un evolución más lenta de la esperada le llevó a la destitución y a la incomprensible apuesta por un entrenador de la casa con el bagaje de sólo un partido con el filial. Con un conocimiento alto del mercado en el que debe entrar el Real Valladolid y con la motivación de tener una fuerza económica superior a aquella con la que ha trabajado, Lalo es un buen perfil para Zorrilla. Tiene ideas y conocimiento pero le falta mucha adaptación a la realidad que se encuentra.

Sin ser aquello que prometió Ronaldo Nazário es su última comparecencia en Zorrilla y en sus primeras grandes decisiones como presidente de Real Valladolid, el Club finalmente apostará por alguien que sabe dónde llega y dónde competirá su equipo. Un acierto inicial a falta de saber qué elegirá él para detallar esta plantilla pero, sobre todo, qué influencia y flexibilidad tiene a la hora de solventar los problemas que surgirán en una categoría como LaLiga SmartBank, aquélla que conoce pero, a la vez, aquélla que es totalmente impredecible.

𝟭𝟵𝟴𝟴. 𝘗𝘦𝘳𝘪𝘰𝘥𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘥𝘦𝘱𝘰𝘳𝘵𝘪𝘷𝘰 𝘺 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦𝘯𝘢𝘥𝘰𝘳 𝘜𝘌𝘍𝘈 𝘗𝘙𝘖. Creo que en el fútbol todo tiene el término apropiado y un porqué obligatorio. Por ello, desde 2007 llevo entrenando equipos y escribiendo sobre cómo entiendo este deporte