La linterna de Velasco

La linterna de Ángel Velasco, desde el 20 de febrero de 2007 informando y opinando sobre el Real Valladolid

Jefe infiltrado

Medio siglo después y un descenso con paralelismos

De cualquier entidad nonagenaria, sea del tipo que sea, pueden realizarse multitud de estudios, análisis y comparaciones. Entre esas entidades entra, obviamente, un club de fútbol fundado en 1928 a orillas del Pisuerga y que en estas tristes fechas debe tener un análisis que, cuando menos, pueda servir de reflexión a los dirigentes del Real Valladolid. El club de nuestros amores tiene en la actualidad gente más cualificada que yo y también la tuvo en otras épocas. Deseo que la siga teniendo y que recupere la posición que por su historia y, sobre todo, por la ciudad que representa merece ocupar.

En una entidad casi centenaria, al finalizar un ejercicio pueden establecerse diversos estudios y análisis y con ellos programar un futuro ejercicio. En un club de fútbol deben analizarse fundamentalmente los resultados obtenidos, abonados conseguidos, rendimiento de los jugadores, grado de competencia del entrenador, ingresos económicos por publicidad, nivel de los nuevos fichajes, rentabilidad de la cantera, próximas adquisiciones y posibles bajas…

A nadie se le escapa que la temporada 2020/2021 ha sido un fiasco en todos los sentidos, pero no hay que rasgarse las vestiduras en exceso porque no es la primera vez que el Real Valladolid desciende a Segunda división. Es más, en la temporada 1969/1970 bajó a Tercera. Recuerdo aquella campaña perfectamente y entiendo que tiene un cierto paralelismo con la 2020/2021.

Dura época blanquivioleta
En la larga travesía del Real Valladolid por Segunda entre los años 60 y 70, el equipo del viejo Estadio Zorrilla siempre despertaba una moderada esperanza entre los aficionados y quizá esa temporada de 1969/1970 el equipo disponía de una plantilla más que ‘apañadita’.
No voy a relacionar toda esa plantilla pero sí mencionaré a los que dieron un salto a equipos de Primera tras aquel año que terminó en descenso. Jesús Aguilar al Deportivo de La Coruña; Antonio De la Cruz y José María Lasa al Granada CF ambos y luego al Barcelona y al Athletic  Club, respectivamente; Paco Docal se marchó al RCD Espanyol; y Antonio Rivas al Celta De Vigo.

En esa competitiva plantilla también destacaban ‘Cachito’ Endériz, Marañón, Moya y el todoterreno Lizarralde entre otros. Como digo anteriormente la plantilla de esa temporada estaba bien diseñada y podía aspirar a mucho más de lo que consiguió que fue un vergonzoso descenso a Tercera.

En la edición de Segunda división de aquella temporada se batían equipos como RCD Espanyol, Real Betis, Sporting de Gijón, CD Málaga, Rayo Vallecano o Real Murcia pero, también, peleaban otros San Andrés, Córdoba CF, Burgos CF, Calvo Sotelo, Onteniente… o el filial del Elche CF.

El Real Valladolid navegó cierto tiempo en una zona de nadie hasta que el Burgos CF, con una relevante victoria (1-3), colocó un misil en la línea de flotación del Pucela y lo dejó medio hundido aunque ya venía de Oviedo haciendo aguas. Tras estas dos goleadas, el Real Valladolid fue incapaz de conseguir un solo punto en los siguientes cinco partidos que provocaron un total de siete encuentros sin puntuar.

Grandes similitudes
Creo que el paralelismo es obvio entre esas dos temporadas al tener ambas plantillas confeccionadas para conseguir unos alcanzables resultados: ascender a Primera y mantenerse en la élite. Tristemente, el final de temporada fue y es triste y lamentable por resultados totalmente calamitosos. Aún siendo una temporada para olvidar aquélla de 1970, el Real Valladolid ganó 12 partidos y uno de sus jugadores, Paco Docal, marcó 10 goles.

Afortunadamente, un año después el equipo recobró el orgullo y, junto con el CD Tenerife, ascendió a Segunda gracias al acierto del gaditano Manolo Álvarez, que perforó las redes adversarias en 24 ocasiones. Ojalá el paralelismo se mantenga la próxima campaña y un goleador como Shon Weissman sea el protagonista del regreso pucelano a la categoría que no debió perder en este 2021, como tampoco debió hacerlo en aquel duro 1970.

𝗗𝗲 𝗠𝗲𝗱𝗶𝗻𝗮 𝗱𝗲𝗹 𝗖𝗮𝗺𝗽𝗼 𝘆 𝗱𝗲𝗹 𝗥𝗲𝗮𝗹 𝗩𝗮𝗹𝗹𝗮𝗱𝗼𝗹𝗶𝗱. Yo le enseñé a mi hijo qué era el Real Valladolid y, ahora, él me enseña a mí qué es el fútbol moderno