360 minutos de juego y cuatro partidos. Visitando Valencia y San Sebastián y recibiendo al Villarreal CF y al Atlético de Madrid. El calendario y el frente del Real Valladolid están claros. El equipo debe ganar dos partidos y tiene que superar, como poco, los 36 puntos. No hay otra forma para ver viable la salvación en LaLiga Santander. Creyendo, ya desde hace semanas, que el vestuario pucelano está en un momento de mirar desde la individualidad y no desde el factor grupal, hay nombres propios que destacan por encima del resto y que está obligados a, primero, tener un peso destacado y, posteriormente, a ofrecer un rendimiento elevado.
Desde la confianza que reciban jugadores que son importantes y que han tenido minutos pero que no han dejado la sensación de ser indiscutibles, como es el caso de Shon Weissman, el Real Valladolid afrontará los cuatro duelos que le restan con opciones de victoria. Buscando y necesitado un mínimo de seis puntos, un gran porcentaje del objetivo se mira desde el ataque y ahí manda el ‘9’. Con la vitola de determinante ya instaurada a su figura, Weissman debe llevar al Real Valladolid a sumar puntos y a conseguir victorias.
El israelí debe ser determinante en la anotación de goles. En el proceso del juego para la fabricación de los goles hay dos jugadores que, de igual forma, está señalados. El Real Valladolid demanda el plus ofensivo, de último pase y claridad ofensiva que está generado Óscar Plano esta temporada. En un año de registros tan bajos, el ’10’ suma en todos los aspectos ofensivos. Él está capacitado para el último pase y anotar. Sabiendo qué puede dar, tiene que ser exigido para ello. Weissman, los goles; Plano, el plus en campo contrario; y Roque Mesa el control, la personalidad y el descaro.
El grancanario es un jugador que debe dar mucho al equipo en estas cuatro jornadas. Es una revalida para él. Futbolística y personal. Tiene hechura para dar un punto diferencial al equipo y la exigencia, por su pasado, para ofrecerlo. Él y Lucas Olaza tienen el fútbol pero, también, el carácter que necesita el equipo en estos momentos de presión. Ambos llegaron al Club para rendir desde un peso capital y, ahora, ha llegado el momento de darlo en todos los aspectos del juego.
Por el equipo y para Sergio
En un rol similar a ellos está Jawad El Yamiq. El marroquí es un futbolista de grandes altibajos pero de enormes cualidades físicas y, también, técnicas. Muchos de sus rasgos son vitales para ver a ese Real Valladolid que se necesita y, de la misma forma, esa versión que ayudaría a Roque Mesa, Shon Weissman, Lucas Olaza y Óscar Plano. Desde la zona defensiva, El Yamiq puede dotar al Pucela de muchos aspectos vitales para el juego y el rendimiento más inmediato. Desde la defensa, generaría seguridad y confianza al equipo, los mismos rasgos que Kiko Olivas crea en Sergio González.
Sabiendo que el catalán va a ser el entrenador pucelano hasta el final de temporada, éste necesita al central de Antequera sobre el terreno de juego. El tiempo que sea y pueda. Verle en el césped, como demostró en Bilbao, le transmite confianza y seguridad y desde él va a llegar la oportunidad ver a un Sergio con más confianza y más seguro, mismos rasgos a los que se acercará el Real Valladolid en las próximas cuatro jornadas desde un buen momento, unos contextos apropiados y un clima favorable para esos nombres propios que sobre el terreno de juego van a llevar al equipo a su mejor momento y salvar, así, la temporada 2020/2021.