28 partidos disputados de 34 posibles, con lesiones e impedimentos, por ejemplo, religiosos. De los disputados, 21 han sido como titular, cuando oficialmente, sólo en uno estaba tocado. De esos más de 20 duelos desde el inicio, sólo ocho han sido completos. Los números de Shon Weissman son elocuentes de un jugador que es titular, pero no indiscutible. Con 1.792 minutos de 3.060, es decir con el 58%, y siendo 180 de forma consecutiva en las dos últimas jornadas, la realidad dice que el ‘9’ no ha sido básico para Sergio González.
La vitola que ahora tiene el jugador es un rango que no ha tenido en ninguna otra fase de la temporada y, por ello, resulta llamativo. Un delantero de sus cualidades y necesidades es mucho de lo que debe definir al equipo pero Sergio no ha conseguido dotar al Real Valladolid de los contextos del israelí hasta el tramo final de la temporada. La realidad y la dinámica pucelana hacen ver, por fin, al ‘9’ como titular. Los últimos cuatro encuentros de la temporada van a formarse desde la titularidad del jugador y desde la potenciación de lo que él necesita.
Weissman demanda un contextos determinados de juego. No es nuevo. Buscándolos, el jugador pide unos compañeros concretos. Creyendo que las cualidades del israelí son matices para definir el juego pero nunca condicionantes que limitan al equipo, el vestuario blanquivioleta tiene a jugadores con Saidy Janko, Roque Mesa, Jawad El Yamiq, Marcos André, Fabián Orellana o Lucas Olaza que completan muy bien todas esas necesidades del israelí. Sergio, ahogado por la necesidad de ganar, exponer y arriesgarse, ha creído por fin en los matices del jugador.
Un momento diferencial
Sergio necesita un plus ofensivo y goleador y, finalmente, ha creído en Weissman y ha creado lo que un jugador como él necesita. Su estilo de juego es concreto y su personalidad, también. Con un largo proceso de adaptación en sus inicios y llegando a un fútbol y mundo muy diferente al que le tenía acostumbrado, al jugador le costó hacerse de la misma forma que al entrenador a él.
No ha sido sólo una cuestión de que el ‘9’ no sea el delantero prototipo de Sergio sino que, también, el catalán no es el entrenador que necesitaba el israelí. Las diferencias entre uno y otro han sido diferenciales y es, ahí, desde donde se entiende la carencia de goles, presencia ofensiva y personalidad que ha tenido el equipo. Ahora, de forma casi improvisada, que no inesperada, Shon Weissman es titular y indiscutible para Sergio.
Ésta es la segunda vez en toda la temporada que el ‘9’ suma dos partidos completos seguidos. Está en su mejor momento del año porque, muy posiblemente, esté sintiendo como nunca la confianza del cuerpo técnico. Esta sensación llega tarde, pero llega y en ella se va a basar un Real Valladolid que tenía que haber tenido los contextos y las invitaciones del cuerpo técnico para que Weissman fuera el faro ofensivo que es ahora antes de la jornada 34. Mucho antes. Todos hubieran salido beneficiados de esta opción que llega a menos de un mes para el final de la temporada.