Roberto Jiménez, en las declaraciones que realizó previas al encuentro ante el Athletic Club, habló de «modelo de partido» y no tanto de «modelo de juego». Llegados a las jornada 33 y con la necesidad de puntos y victorias del equipo, el Real Valladolid necesita centrarse en cómo ganar cada duelo y no en las ideas o en el modelo que se dibujó en pretemporada. Se trata de un rendimiento inmediato. Es cuestión de exprimir a los jugadores desde sus cualidades y, por ello, es determinante entender que el Real Valladolid se debe regir en las próximas jornadas por la practicidad y no por la «ofensividad», como anunciaba Sergio en la previa.
Antes de visitar San Mamés, Sergio habló de que es imposible que el equipo tenga un carácter más de ataque con los cambios que con la propuesta inicial. Él se mostraba tranquilo al confirmar que más no puede hacer por buscar la victoria. Desde las etiquetas con las que define al equipo, Sergio se mostraba convencido de que su tarea principal está hecha, cuando es más bien todo lo contrario.
En el momento de la temporada en la que estamos, el Pucela no necesita acumular dos o tres delanteros sino que debe ser práctico sobre sus necesidades en y del encuentro. Los de Sergio González deben adecuarse a lo que pide el partido, tal y como, por fin, hizo su entrenador. Es verdad que el partido termina con un Pucela con dos delanteros pero, también es verdad, que el cambio de dinámica e inercia del Real Valladolid llegó con la incursión de tres centrocampistas.
Cambio de inercia
Desde esa variante en el juego, el Pucela cambió el ritmo del partido y su cara. Los pucelanos debían tomar cierto control sobre el juego y lo hicieron en una variación con la que los pucelanos perdían «ofensividad» al renunciar a un delantero pero, también, al ser prácticos. El encuentro pedía tener mayor control y hacer que los pucelanos fueran más protagonistas. Por fin se consiguió y desde ese movimiento el equipo cambió su cara y varió la dinámica de un encuentro muy pobre que terminó siendo mínimamente equilibrado al ver a un Pucela práctico y no ofensivo de etiquetas.
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