Por juego, sensaciones y números, en ese orden, el Real Valladolid está en zona de descenso con merecimiento. Pese a lo que pueda pasar ante el Athletic Club en San Mamés, la realidad del equipo es lógica y natural por el proceder de las semanas de las jornadas y de la caída del equipo y de su entrenador. Sergio González tiene unos «principios», como determino en ElDesmarque Valladolid, que no son los que necesita el equipo y que no van a hacer que los pucelanos abandonen la zona en la que están ahora, aquélla con la que ha coqueteado durante toda la temporada.
Viendo al equipo en el terreno de juego, la lógica habla de la necesidad de un cambio en el banquillo. Hace semanas e, incluso, meses. Sergio tiene sus ideas y la diferencia que hay entre el rendimiento del equipo con esa propuesta y su verdadero potencial es altísima. Esa sensación se está acrecentando con la racha de una victoria en 15 partidos pero ésta ya era real desde el inicio de la temporada. El entrenador catalán no sabe trabajar ni obtener el rendimiento de este Pucela.
Ésta es una sensación que se ha visto en toda la temporada pero que se ha acrecentado en las últimas semanas cuando el equipo más y mejor debía responder a las necesidades grupales. Con 32 jornadas ligueras y 36 partido oficiales, el Pucela que no responde bien al devenir de los partidos, que no siempre es ganar los encuentros, está sentenciado y el Real Valladolid va camino de ello.
Cada semana, ésta es una realidad más innegable por cualquier análisis y prisma. Sergio, inicialmente, no sacó rendimiento a la plantilla y, posteriormente, no se está adaptando a las exigencias y necesidades del equipo. Así, el final parece sencillo y la falta de decisión del Club resulta una incongruencia.
Sin solución y sin remedio
No vale lo hecho por el equipo hace una o dos temporadas y, tampoco, lo ofrecido por el entrenador en ese tiempo. El fútbol es realidad y memoria a corto plazo. Ahí, el equipo ha conseguido 11 puntos de 45 posibles y ha sumado sólo dos victorias, ante el mismo rival, en todo el año 2021. Por todo ello y entendiendo que estos no son los registros que se esperan de una plantilla como ésta, la inoperancia para la toma de decisiones es la parte del Real Valladolid que no comprendo.
Entendiendo que en un Club profesional todo son piezas que deben encajar, la falta de decisiones ante la caída progresiva del Real Valladolid, con el consiguiente deterioro que está generando en la entidad y en todos los que rodean al primer equipo, sorprende. La pieza de la continuidad de Sergio González rompe todo el puzzle y hace que la evolución social y deportiva del equipo se esté rompiendo para que el Club esté retrocediendo mucho de lo avanzando por no tomar una decisión que no asegura la salvación pero que, posiblemente, acercaría al equipo a los contextos en los que mejor se mueve este equipo y eso, visto lo visto, no es poco.