El Real Valladolid está en un mal momento. Pese al buen hacer en el Camp Nou, lo vivido ante el Fútbol Club Barcelona pudo ser la excepción de exposición y argumentos de un equipo que suma sólo una victoria en 13 partidos. Son nueve puntos de 39 posibles los que definen la mala situación de los de Sergio González, aquéllos que pueden llegar al Estadio Martínez Valero el miércoles en zona de descenso. Resultados ajenos a los pucelanos pueden debilitar la confianza de un grupo que está tocado por los «detalles».
Son estos, según Sergio y el discurso global del equipo, los que están marcando la temporada pucelana y los que, a la vez, están impidiendo la regularidad, la consistencia y la credibilidad. El Real Valladolid se pregunta por qué los detalles no lo sonríen de la misma forma que se cuestiona qué son exactamente esos detalles y por qué ahora no ayudan si antes fueron determinantes para conseguir los objetivos. Los ‘detalles’ son pequeñas fracciones y determinados aspectos del fútbol que sin ser globales sí son determinantes. ¿Un ejemplo? El gol de Enes Ünal en el Estadio de Butarque en el primer partido tras el confinamiento.
Ese error del CD Leganés fue crucial para entender la victoria y, muy posiblemente, el margen que obtuvieron los blanquivioleta. Sin ese gol el partido hubiera sido diferente y sin esa victoria, la realidad pucelana hubiera tenido otro color en la reanudación de la competición. En aquella fracción de segundo, el delantero turco estuvo bien preparado y es que, muy posiblemente, la preparación es la que marca cómo se ataquen o no los detalles. Un rebote puede ser considerado un detalle, sí, y muchos son los rebotes que le llegan a Leo Messi, por ejemplo.
El argentino siempre está preparado para la segunda jugada ofensiva porque tiene esa reacción rápida que le lleva a responder ante la nueva realidad que se encuentra. Actúa ante ese rebote y gana ese detalle que es diferencial. Con todo, los detalles sonríen a aquel que los busca o, en su defecto, a aquel que sabe atacarlos.
El Real Valladolid, actualmente, no está preparado para responder a un partido. Ya sea por falta de lectura de juego, ausencia de las herramientas que quiere Sergio o un factor de confianza, los detalles no favorecen al Real Valladolid y no es algo con lo que lamentarse o por lo que verse perjudicado. Hay, como siempre en el fútbol, una parte de responsabilidad y trabajo bien enfocado.
Irregularidad y altibajos
El factor suerte existe, sí, y el de la mala suerte, también, pero con todo y con ello el Real Valladolid no está marcado por la mala fortuna esta temporada, de la misma forma que no se vio favorecido en otras campañas. Cuando se consiguieron los objetivos, el equipo tenía mayor confianza en su estilo, en sus posibilidades y en su entrenador. Se creía y desde esa creencia se atacaban más y de mejor forma los detalles que sobrevolaban los partidos.
Estos son determinantes, y te llevan a ganar partidos. Desde esos partidos sí se pueden conseguir objetivos pero desde los detalles no llegan los objetivos. Un detalle te lleva a una victoria pero no a una salvación. La diferencia es determinante y es por ella por la que el análisis de Sergio y de parte del Real Valladolid es erróneo. Los detalles están en el partido. Están sobre el césped. El más y mejor preparado para atacarlos en sus necesidades es el que se los lleva y, ahí, un equipo de altibajos e irregularidad no gana los detalles que sí conseguía hacer suyos en otros momentos y que daban, entre otros aspectos, fortaleza y convicción.
